He leído en Internet que un equipo de investigadores italianos han llegado a la conclusión de que los trabajos que demandan agilidad mental y más educación parecen proteger a las personas de la pérdida de memoria relacionada con la enfermedad de Alzheimer.
Por lo visto, se basan en la teoría de que la educación y los trabajos demandantes crean una amortiguación contra los efectos de la demencia sobre el cerebro o una reserva cognitiva, ya que sus cerebros pueden compensar el daño y les permiten mantenerse en funcionamiento pese al perjuicio.
Resulta que alrededor de 30 millones de personas en todo el mundo tienen demencia y, precisamente, el Alzheimer es la forma más común de la enfermedad.
Con lo cual, es posible que el cerebro pueda fortalecerse por la educación y los desafíos laborales.