Si eres mujer en India corres ocho veces más riesgo de ser víctima de violencia

La presidenta de la FVF, Anna Ferrer, en un desayuno informativo en la agencia Servimedia
Foto: Fundación Vicente Ferrer

India es uno de los peores países para ser mujer’. Lo ha afirmado recientemente la presidenta y directora ejecutiva de la Fundación Vicente Ferrer, Anna Ferrer, quien denuncia que en aquel país la discriminación y la violencia contra las mujeres están aceptadas por la sociedad, que las considera ciudadanas de segunda clase y una pertenencia de los hombres, por lo que si eres mujer y vives en India, corres ocho veces más riesgo de ser víctima de violencia.

En India, el 47% de las mujeres son obligadas a contraer matrimonio antes de la mayoría de edad y en las últimas tres décadas el sistema de la dote, a pesar de estar prohibido, ha sido el causante de disputas que provocan la muerte de entre 25.000 y 100.000 mujeres al año. Así de dura es la realidad femenina en India en palabras de Anna Ferrer, quien nos ha contado que cuando en una familia nace una niña, la noticia se recibe con tristeza.

Además, cada 20 minutos una mujer es violada en India y sólo se denuncia el 10% de los abusos sexuales, tal vez porque sólo uno de cada cuatro agresores es condenado. Con esta realidad, no es extraño que el Índice de Desigualdad de Género (IDG), que mide la desigualdad entre hombres y mujeres teniendo en cuenta la salud reproductiva, el empoderamiento y el mercado laboral, sitúe a India como el segundo peor país del mundo para las mujeres.

El aborto selectivo y el infanticidio son la causa de que en India hayan desaparecido en las tres últimas décadas 12 millones de chicas

Esa es otra de las sentencias que nos ha dejado la presidenta de la Fundación Vicente Ferrer (FVF), quien alertó de que el infanticidio, la dote, los matrimonios infantiles y la violencia sexual forman en India una combinación que deja a las mujeres en total situación de vulnerabilidad. Tanto, que un gran número de niñas de entre cinco y diez años son violadas por miembros de su familia, sin que nadie haga nada por remediarlo.

¿Sabíais que las mujeres de aquel país deben dar a sus maridos todo el dinero que obtienen por su trabajo? Tampoco pueden poseer propiedades y, tras casarse (el 30% de los matrimonios son concertados), muchas de ellas no vuelven a ver nunca a sus familias.

Además, la discriminación que día a día viven las mujeres en India se palpa en situaciones tan cotidianas como la hora de la comida, que primero es servida a los varones mientras que ‘las sobras’, si es que las hay, son para las mujeres de la casa.

Si los hombres progresan, las mujeres progresan

La necesidad de detener los matrimonios infantiles; el fomento de la educación obligatoria para los niños y las niñas hasta los 15 años, tal y como establece una ley recién aprobada por el Parlamento indio; la educación en valores y en igualdad entre niños y niñas; y la concienciación sobre los distintos tipos de violencia doméstica son algunas de las cuestiones en las que desde la Fundación Vicente Ferrer están haciendo énfasis para avanzar hacia la igualdad entre hombres y mujeres en India.

La violencia en India es una gran montaña que hay que escalar. No importa lo grandes que sean los obstáculos. Tenemos que ir siempre hacia adelante y mano a mano hombres y mujeres

Lo dice alto y claro Anna Ferrer, que considera que las leyes a favor de la igualdad deben ir acompañadas de un cambio en los valores de las familias sobre la consideración de hombres y mujeres porque, de lo contrario ‘el progreso será muy lento’.

A este respecto, el director de la FVF en España, Jordi Folgado, destacó que cambiar las leyes cuesta unos meses o unos años, pero que romper con las costumbres cuesta millones de años. Por eso:

Se necesitan aún muchos años para lograr niveles mínimos de dignidad en la vida de muchas personas en India

La situación de las mujeres con discapacidad

Un amigo ciego de Anna Ferrer suele afirmar que en India no hay cuatro castas, sino cinco; porque por debajo de la más baja, la de los ‘dálits’ o intocables, está la formada por las personas con discapacidad.

Y en el caso de que la persona con discapacidad sea mujer, su situación es aún peor, ya que son percibidas como una pesada carga para sus familias. En el mejor de los casos, si la mujer con discapacidad tiene una hermana, el marido de ésta la adoptará también como su esposa y la llevará a vivir con el matrimonio para que ejerza de ‘criada’.

En el peor de los casos, correrá la misma suerte que una mujer sorda a la que su padre violaba desde niña, algo que en su aldea era de sobra conocido pero que nadie, ni siquiera la propia mujer, se atrevía a denunciar. Ahora, con la ayuda de la Fundación Vicente Ferrer, esta mujer trabaja en uno de los talleres de manualidades de la organización.

La labor de integración de las personas con discapacidad que realiza la Fundación Vicente Ferrer en India desde hace años da como resultado que el 100% de los niños ciegos y el 80% de los sordos estén escolarizados en Anantapur. Además, en los talleres de yute, joyería y bordados de la organización trabajan más de 200 personas con discapacidad que han pasado de ser, gracias a su esfuerzo, una carga a un apoyo económico para sus familias.

Os dejamos con un video que la organización presentó el pasado 8 de marzo, con motivo del Día Internacional de la Mujer, para denunciar la realidad femenina en aquel país: