Desde que se secuenció el genoma humano, han sido muchos (privados y empresas) los interesados en conocer su propio mapa genético para saber si está en él la prevalencia a padecer enfermedades como el Párkinson.
Ahora, quizás también producto de la crisis, los precios por obtener este tipo de información, está casi de saldo. Aunque de momento los clientes más frecuentes son compañías farmacéuticas y de investigación, que usan esta información para diseñar medicamentos adaptados a la genética de cada individuo, lo cierto es que ya no sorprende ver a particulares que envían una muestra de saliva y reciben ese plano, único e intransferible.
Si antes conseguir esta información rondaba los 100.000 dólares, la empresa californiana Complete Genomics lo oferta por tan sólo 5.000. Eso sí, habrá que esperar hasta el próximo año para solicitarlo.