
Ser mayor de 80 años, haber sufrido un accidente, vivir en un domicilio con iluminación insuficiente o con alfombras, padecer deterioro visual, estar polimedicado o ingerir determinados fármacos son los principales factores de riesgo que pueden provocar caídas en las personas mayores.
Este podría ser el perfil de muchas personas con enfermedad de Parkinson, Alzheimer y otras patologías neurodegenerativas.
Para todos ellos, la red de Atención Primaria de la Comunidad de Madrid ha implantado la ‘Guía de Cuidados de Prevención de Caídas para personas mayores’, presentada recientemente por el director general de Atención Primaria, Antonio Alemany, para reducir estos accidentes.
Según varios informes de la Dirección General de Atención Primaria, la incidencia en caídas en personas mayores de 65 a 75 años asciende a un 25 por ciento y se duplica a partir de los 80 años, con mayor incidencia entre las mujeres.
En el momento de sufrir la caída, según los expertos, en el 42 por ciento de los casos los mayores estaban solos. Además, en el 80 por ciento de las veces las caídas se produjeron en el domicilio, fundamentalmente en el dormitorio y el baño. Las escaleras fijas albergan también una alta frecuencia de accidentabilidad en las personas de entre 65 a 74 años.
Ante este panorama, la guía desarrolla un procedimiento para identificar a las personas con alto riesgo de sufrir una caída. Gracias a ese método, los centros de salud podrán realizar un test a 50.000 ancianos (incluidos los que necesitan atención domiciliaria).
Varios programas

La ‘Guía de Cuidados de Prevención de Caídas para personas mayores’ se suma a tres programas que los centros de salud madrileños llevan a cabo para la atención y seguimiento sanitario del mayor, y en función de su grado de movilidad. Estos programas trabajan con 142.701 personas mayores en toda la región.
Entre ellos está el Servicio de Prevención y Detección de Problemas en Personas Mayores, que valora a mayores de 75 años con enfermedades cerebrovasculares, infarto, Parkinson, caídas recurrentes, demencia, depresión y enfermedad terminal o con posible riesgo social.
Los otros programas son el de Atención a la Persona Mayor Frágil, que atiende a 49.457 pacientes, y el Programa de Atención Domiciliaria a Pacientes Inmovilizados, que presta atención a 41.530 personas que pasan la mayor parte de su tiempo en cama y tienen dificultad importante para desplazarse.
Estos tres servicios también estudian el riesgo de caídas y fomentan, a través de los profesionales que los implantan, el fomento de la actividad física, y la eliminación de causas de caídas, especialmente en el ámbito doméstico.