La figura del cuidador, como ya hemos explicado en muchas ocasiones en este blog, es absolutamente fundamental para la mejora de la calidad de vida de las personas que han desarrollado Alzheimer.
Su acompañamiento, cuidados, mimos y comprensión hacia el enfermo acaban ocupando un total de 79 horas semanales de media, lo que tiene como consecuencia que los cuidadores acaben descuidando su propia salud.
Un estudio reciente, realizado por la Confederación Española de Asociaciones de Familiares de Personas con Alzheimer y otras Demencias (Ceafa) y la Fundación Vianorte-Laguna, indica que precisamente por este motivo 7 de cada 10 cuidadores está en riesgo de caer enfermo.
El trabajo explica que sufren trastornos de tipo muscular, enfermedades cardiovasculares y problemas respiratorios; con el agravante de que estas personas no suelen acudir al médico especialista a no ser que sea estrictamente necesario, precisamente para no desatender su labor de cuidador.
Además del síndrome del ‘Cuidador quemado’, también se dan multitud de trastornos orgánicos y fisiológicos como dolores en huesos, dolencias cardiacas y patologías inmunológicas.
Por otro lado, el estudio también recoge que más de la mitad de los cuidadores tienen dificultades para conciliar sus labores de cuidado del paciente con Alzheimer con su vida laboral y con sus relaciones sociales. Concretamente, un 54% de los cuidadores se ven obligados a abandonar las atenciones que daban a otros familiares e incluso el 33% sufre un déficit de su propio cuidado personal en facetas como la higiene y la alimentación.
En este sentido, el exceso de trabajo con la persona con Alzheimer también provoca que muestren menos interés por otras actividades. De hecho, el 69% de los cuidadores encuestados afirma sentirse “desbordado”, por lo que reclaman asesoramiento para llevar a cabo esta tarea.
Formación específica para familiares
Para tratar de paliar esta situación y con el objetivo de mejorar la calidad de vida de cuidadores y pacientes, Ceafa y la Fundación Vianorte-Laguna van a promover un programa de formación y orientación en conductas de orientación al mayor para cuidadores de personas con Alzheimer. Así se pretende evitar lesiones de cuidadores y ofrecerles pautas específicas.
Esta formación tendrá carácter teórico-práctico y se adaptarán a las diferentes fases de la enfermedad con un plan específico para la fase leve, moderada y avanzada, además de servir para evitar posibles trastornos derivados de la sobrecarga física y psicológica del cuidador.