Los animales pueden ser una excelente vía de integración social para las personas con discapacidad. Caballos, delfines, pájaros… Muchas especies pueden ayudar a mejorar la calidad de vida de este colectivo. Uno de los mejores ejemplos lo encontramos en el Delfinario Aqualand Costa Adeje, en Tenerife, donde se trabaja con personas que poseen trastornos físicos, psíquicos o sensoriales. Comenzaron en 1993 colaborando con la Asociación Orobal de Padres de Disminuidos Físicos y Psíquicos en una iniciativa pionera en Europa para crear una interacción real entre delfines y personas con discapacidad. Pero no sólo los delfines prestan gran ayuda a esta labor integradora.
El Centro Ocupacional «Ntra. Sra. Del Lledó- AFANIAS«, de Castellón, añade a su metodología de trabajo otro tipo de animales para el apoyo a las terapias de personas adultas con discapacidad intelectual. La directora del centro, Maribel Piera, explica el uso de animales en el mismo:
«Aunque todos los usuarios pueden acceder a esta actividad, los más beneficiados son los que tienen menor nivel de autonomía, los más afectados por su discapacidad«.
Esta iniciativa, que lleva en en marcha desde 2002, utiliza todo tipo de especies como herramienta integradora y aunque suene extraño, la interacción con animales es positiva tanto en el aspecto psicológico, como en el motor. No podemos menospreciar los vínculos afectivos que se pueden dar entre la persona y el animal. Una verdadera y provechosa amistad entre distintas especies.