El Nobel, por triplicado contra el Alzheimer

El Premio Nobel de Química ha reconocido el largo camino de cientos de investigadores que trabajan día a día para avanzar un poco más en esa fórmula que combata definitivamente el Alzheimer. Tres bioquímicos, que revolucionaron la biociencia contemporánea, gracias a las aplicaciones de la fluorescencia en una medusa, recogerán en Estocolmo su merecido reconocimiento.

El japonés Osamu Shimomura, de 80 años, descubrió en 1962 una proteína fluorescente verde en la  Aequorea victoria, una medusa luminosa. En los años sesenta, Martin Chalfie, de 61 años, de la Universidad de Columbia en Nueva York, fusionó la proteína luminosa a otras que deseaba estudiar para verlas en un microscopio fluorescente.

Por su parte, su compatriota Roger Tsien, de 56 años, profesor de biología del Instituto de Medicina Howard Hughes de la Universidad de California en San Diego, aumentó la gama de colores para estudiar varios procesos biológicos al mismo tiempo, aplicado en la investigación del desarrollo de enfermedades como el cáncer y el Alzheimer.

Premios hay pocos, unos más relevantes que otros, pero la verdad es que el esfuerzo realizado por tanto profesionales involucrado en el desenlace de esta enfermedad hace que todos ellos se sientan, en cierto modo, recompensados en el galardón entregado a sus colegas.