Maragall, a escena

Foto: web de Pasqual Maragall
Foto: web de Pasqual Maragall

La atmósfera política española quedó conmovida (en los dos sentidos de la palabra, el etimológico y el figurado), cuando, hace casi un año, el ex alcalde de Barcelona y ex presidente de la Generalitat de Cataluña, el socialista Pasqual Maragall, anunció públicamente que padece la enfermedad de Alzheimer y, por tanto, se retiraba de la política activa. “Hicimos los Juegos Olímpicos, el Estatut y ahora iremos a por el Alzheimer”, declaró Maragall el 20 de octubre de 2007 ante una asombrada concurrencia.

Dicho y hecho. Desde que reconoció su dolencia, Maragall ha exhibido en su nuevo campo de actuación la misma energía y diligencia que mostró durante su trayectoria política.

El 19 de junio pasado presentó la fundación que lleva su nombre, y que pretende erigirse en una institución puntera en la investigación de esta enfermedad neurodegenerativa (otorgando una dimensión práctica a la afirmación de que “tengo la certeza de que esta enfermedad será dentro de 10 ó 15 años vencible y vencida” que realizó en la rueda de prensa en que anunció que la sufría) y ahora va a protagonizar un documental sobre la misma.

Carles Bosch, el director de otros documentales de tinte social como “Balseros” y “Septiembre”, ha sido el elegido para rodar la película, que, según el cineasta, le han pedido que sea el equivalente en el ámbito del Alzheimer de lo que fue el documental “Una verdad incómoda”, producida por el ex candidato demócrata a la presidencia de Estados Unidos Al Gore, en la concienciación de la sociedad sobre el problema del cambio climático.

Bosch ha explicado también que su propósito es hacer una película “con ritmo”, “científica sin ser aburrida”, “asequible para el gran público” y simpática, “porque Maragall es una persona simpática”, aunque no dejará de lado la vertiente humana e irremediablemente dolorosa del “hecho de ser enfermo y de ser familiar de alguien que parece Alzheimer”.

No obstante, el comienzo del tráiler parece toda una declaración de intenciones, en la que el propio protagonista expresa su deseo de que la película sea divertida e interesante, porque está harto de “la historia de pobrecitos, pobrecitos”.

El testimonio de un personaje público tan unánimemente reconocido como Pasqual Maragall ayudará mucho, sin duda, a que los enfermos de Alzheimer se quiten de encima el estereotipo triste y conmiserativo con que todavía les contempla buena parte de la sociedad.