La crisis del crédito ecológico

Se está acabando el crédito natural. La humanidad le pide a la Tierra más de lo que ésta puede darle. Peor todavía, no lo pide, lo quita sin calcular los riesgos y sin mirar más allá. Según WWF Adena, el Planeta ha entrado en una crisis del crédito ecológico y su origen es el aumento de esa demanda, que ya ha superado en un 30% la capacidad de abastecimiento de la Tierra.

James Leape, Director General de WWF, hace un análisis de la situación actual:

«El mundo está preocupado por las consecuencias de haber sobrevalorado sus recursos financieros. Sin embargo, lo que realmente amenaza a la sociedad es la crisis del crédito ecológico causada por infravalorar el capital ambiental, base de la supervivencia y la prosperidad».

El informe elaborado por Adena, Planeta Vivo 2008, que puede consultarse en su página web, revela que la riqueza y la diversidad natural continúan decreciendo, a la vez que aumenta el número de países en situación de estrés hídrico. Este novedoso concepto sobre el recurso natural H2O introduce por primera vez un estudio sobre la “huella hídrica”, donde se analiza el consumo de agua por persona. España se encuentra en la quinta posición a escala mundial.

Adena analiza en su informe los distintos indicadores que se utilizan habitualmente para medir la salud de la Tierra. Este informe ha sido elaborado en colaboración con la Sociedad Zoológica de Londres (ZSL) y la Red de la Huella Global (GFN).

El estudio se basa fundamentalmente en dos parámetros, el índice Planeta Vivo y la Huella Ecológica. Sin embargo, este año se ha sumado por primera vez el de la Huella Hídrica, un parámetro que adquiere mayor importancia según avanza el tiempo y el consumo humano.

Los nuevos datos ofrecidos en torno al agua muestran una realidad preocupante en el caso de España. Nuestro país ocupa el quinto puesto a escala mundial en “huella hídrica”, es decir, en el volumen total de agua usada globalmente para producir bienes y servicios consumidos por los ciudadanos.

Otros factores que atentan contra la biodiversidad son los impactos de los embalses, los trasvases y el cambio climático sobre las especies de agua dulce. Además, la contaminación, la sobrepesca y la pesca destructiva en los ecosistemas marinos y costeros, figuran entre las amenazas de las especies marinas.

«Si el ser humano tiene la voluntad, encontrará también la forma de vivir con los medios que ofrece el planeta, asegurando a la vez el bienestar de la humanidad y los ecosistemas de los que depende»,

concluye Juan Carlos del Olmo, Secretario General de WWF/Adena.