El cortometraje de la realidad hondureña

Foto: Fundación del Valle
Foto: Fundación del Valle

La Fundación del Valle acaba de cumplir 20 años de vida. Durante todo este tiempo, esta organización ha desarrollado decenas de proyectos de ayuda a la infancia y a la mujer en países en vías de desarrollo para reducir las desigualdades sociales y crear oportunidades.

Con su lema «La educación, camino para la paz», la ONG difunde la realidad de la situación que se vive actualmente en Honduras respecto a la educación infantil.

Un cortometraje, una exposición fotográfica y conferencias dan la palabra a los auténticos protagonistas de este trabajo, los niños hondureños. Son ellos quienes narran en “Infancia interrumpida” la difícil situación de la educación infantil a través de historias reales: la de un niño de la calle a quien la sociedad margina; la de un menor explotado laboralmente; y la de un pequeño que nunca fue inscrito en un registro civil y que como persona inexistente no cuenta con ningún derecho como es la educación.

Ángel, un crío de 13 años que vive en Tegucigalpa, la capital hondureña, y acude a la Escuela Santa Teresa.

“En la mañana me levanto a bañar, me lavo los dientes, me pongo la ropa y después me voy a las nueve a vender tortillas. Después me voy para la escuela y después la leña y después hay veces que le voy a ayudar a un don a trabajar allá. Dicen que es prohibido que los niños trabajen, pero yo trabajo”.

Actualmente hay aproximadamente 90 millones de niños de la calle. De estos 90 millones de niños unos 40 millones viven en América Latina. Los motivos que llevan a los niños a la calle son muchos pero la razón central radica en las adversas realidades socioeconómicas en las que viven las familias, la desintegración de los lazos familiares, violencia domestica y la pobreza.

En Honduras, al igual que en muchos otros países de América Latina, muchos de estos niños nacen de madres solteras, pobres o abandonadas. La gran mayoría exhibe un alto grado de pesimismo sobre sus posibilidades de sobrevivir en la calle y percibe el sistema escolar como algo incapaz de transmitirles valores y conocimientos de utilidad para enfrentar la vida cotidiana.

En este país americano la explotación infantil laboral es crítica. Según la Oficina Internacional del Trabajo en Honduras hay 356.241 niños y adolescentes entre cinco y 17 años ocupados en actividades económicas. Esta cifra equivale a 15,4 por ciento de las personas en ese grupo de edad. La tasa masculina es de 22,3 por ciento mientras la femenina es de 8,2 por ciento.