Hemos hablado con David, Isabel y Alaitz, creadores de [la_factoría].
¿Qué es [la_factoría]?
Isabel: A ver por dónde empiezo… Dicho en pocas palabras, somos una asociación sin ánimo de lucro dedicada a la creación de contenidos participativos sobre ecología, sostenibilidad, cooperación y solidaridad.
David: Es la manera resumida que tenemos de presentar la asociación. Aunque [la_factoría] es bastante más que eso… Nos definen mejor nuestros objetivos.
Alaitz: Yo lo resumiría en un grupo de personas con unos valores comunes y muchas ganas de hacer cosas que cambien un poco el entorno en que vivimos.
¿Cómo surge la iniciativa de este proyecto?
D: La verdad es que todo ha sido un cúmulo de causalidades (que no casualidades), desde que tuvimos el primer contacto hasta hoy. Por eso creo que hemos conseguido sacar adelante el proyecto y conseguir tan buenos resultados en tan poco tiempo.
No hay un inicio concreto. Ha sido un cruce de caminos. Yo empecé a interesarme por el tema de la ecología en la Universidad gracias a un profesor, Antonio Baño. Me ayudó a ver que había otra manera de entender las cosas en nuestra profesión, ya de por sí bastante “mal interpretada”. Entonces aparece Ecofactory.es, blog del que Alaitz era (y aún es) editora.
A: Recibí un correo de David que decía que le interesaba el tema de arquitectura bioclimática y se ofrecía para colaborar conmigo en el blog, redactando artículos sobre arquitectura ecológica. Me pareció una idea genial.
D: Se me ocurrió la idea de cubrir el I Congreso sobre Vivienda Sostenible en Madrid. Contactamos con la organización del Congreso y nos invitaron como medio de difusión online del evento.
I: Ahí aparezco yo. Seguía el blog de Ecofactory desde hacía tiempo. Cuando vi que iban a retransmitir el Congreso e iban a estar en Madrid, les mandé un e-mail para conocerles y de paso, ofrecerles mi colaboración. Al final, no sólo me apunté en esa ocasión, sino que me abrieron las puertas de par en par y pasé a formar parte del grupo.
D: Fue con la aparición de Isabel como realmente surgió la idea de la asociación. Enseguida surgió la pregunta: ¿y si hacemos lo mismo que con Ecofactory, pero a nivel “físico”? Y nació [la_factoría].
¿Con qué finalidad ponéis en marcha la asociación?
I: Pensamos que hay tanto por hacer y que es tan latente, que no podía ser de otra manera. Nosotros sólo hemos tenido la iniciativa, pero realmente esto está en la mente de mucha gente… Se reafirma al ver que en tan poquito tiempo de vida de [la_factoría] ya se han apuntado 25 personas para colaborar en los distintos proyectos que ya tenemos en marcha.
A: Queremos que cada cual sienta [la_factoría] a su manera, pero la sienta como suya. Creo que el compromiso de las personas hacia una causa o proyecto depende de la capacidad que se tenga para hacerlo suyo. Ese es un objetivo primordial.
¿Quiénes pueden participar en los proyectos?
I: Todo aquel que tenga interés por el tema. En paralelo a esto, nos interesa muchísimo que la gente se anime y genere proyectos (uno de los objetivos de [la_factoría]).
A: En realidad, casi cualquiera puede encontrar un hueco en la asociación. Hay ingenieros, diseñadores gráficos, técnicos de sonido, especialistas en marketing y publicidad…
¿Cómo funcionáis?
D: Como asociación, somos bastante atípicos. No somos una asociación que dice “venid y apuntaos”, ni una que se presenta a convocatorias, ni una que realiza campañas de sensibilización. Y con esto no digo que esté en contra de las que lo hacen, por supuesto que no. Nuestro esquema conceptual parte de varias premisas, como la multidisciplinariedad. Pero creo que lo más importante es que nuestro objetivo final es realizar lo que llamamos “factos”, cosas tangibles, proyectos realizables, desde una perspectiva de viabilidad, sin reparar en cuestiones como la financiación, que son problemas que llegarán en su momento. Para nosotros, lo importante es que el planteamiento de un proyecto sea coherente con los principios de la asociación, y tenga un objetivo realizable, sea a corto o a largo plazo. Es decir, que haga ver a los demás que se pueden hacer cosas tan sólo con la voluntad de quienes lo persiguen.
A: Respondiendo a la pregunta, que David se ha ido por las ramas [risas], nuestra organización básica se asemeja a la de cualquier asociación. Sin embargo, hemos creado varias figuras de participación que se diferencian, sobre todo, según el grado de implicación que quiera adoptar cada persona que colabora con nosotros. Queremos que cada uno ofrezca su colaboración en la medida de sus posibilidades, que salga de cada uno ese interés.
¿Qué papel juega la tecnología Internet en la asociación?
D: En nuestro caso, creo que es bastante importante porque gracias a ella tenemos la Plataforma, la herramienta web con la que desarrollamos los proyectos.
I: Y gracias a Internet podemos contar con colaboradores que difícilmente podríamos conocer si sólo nos moviéramos a nivel “mundo real”.
¿Creéis que Internet es ya un ámbito que ofrece oportunidades reales para que salgan adelante proyectos de protección del medio ambiente eficaces?
I: Internet es una herramienta sin límites, ni espaciales ni temporales… Una de las mejores herramientas de trabajo que existen hoy en día y aún más si se trata de un equipo grande de personas, que además viven en distintos puntos geográficos.
A: Estoy totalmente de acuerdo con Isabel, pero hay que tener cuidado, Internet es una herramienta tan poderosa y tan grande que hay que saber canalizar esa potencia para no dispersarse y ser eficientes con el tiempo.
¿Qué le decís a los jóvenes que están pensando en convertirse en emprendedores medioambientales como vosotros?
I: Que no se contaminen con los supuestos límites establecidos, que abran bien los ojos y estén atentos a las oportunidades y, sobretodo, que escuchen atentamente a las personas que les aporten ideas positivas.
A: Añadiría que no tengan miedo a emprender. Una de las cosas más importantes que he aprendido es el poder del “learning by doing”, y que el uno más uno, en cuanto a trabajo en equipo se refiere, normalmente siempre es más de dos.