El Software Libre, camino hacia la libertad y la innovación

España podría situarse al frente de las muchas iniciativas que aspiran a desarrollar un novedoso tejido productivo solidario con las políticas de innovación industrial y de independencia tecnológica. Así lo afirma la última publicación de EOI Escuela de Negocios, fundación pública patrocinada por el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, la Fundación Vodafone España, la Oficina Española de Patentes y Marcas, la Caixa, red.es y el IDAE. Se trata de un informe titulado “La oportunidad del software libre. Capacidades, derechos e innovación“.

El software libre (programas gratuitos y de libre distrubución desde internet) no termina de ser utilizado por los usuarios convencionales. Y en este documento se analizan cinco argumentos que explican y justifican por qué debería darse un mayor apoyo institucional y privado a su uso.

– El Software Libre representa una opción tecnológica de calidad que impulsa la innovación.

– Crea tejido industrial y asegura la libre competencia.

– Fomenta el escrutinio público y optimiza el gasto informático.

– Garantiza la igualdad de oportunidades de los proveedores y la seguridad de la información.

– Ensancha las libertades en la sociedad de la información y favorece la cultura abierta.

Aunque la mayoría de los usuarios finales (tanto en el ámbito doméstico como en pequeñas y medianas empresas) apenas hemos tenido contacto con programas de software libre, el hecho es que éste se ha desarrollado combinando las mejores virtudes de la investigación científica (cosmopolitismo, altruismo, transparencia, comunitarismo, meritocracia y objetividad) con las buenas prácticas de la eficiencia económica (libre competencia, innovación competitiva y reutilización de recursos). No hay exageración cuando se afirma que el movimiento del software libre representa uno de los hitos tecnológicos, organizativos y culturales más emblemáticos del siglo XX: muchos ven en su desarrollo y en la ética que lo sostiene un modelo a imitar.

Pero probablemente le toca a las instituciones públicas dar el último empujón, para explicar, fomentar e introducir su uso en la base de la sociedad. Pues el «miedo a lo desconocido», la inercia, las dudas sobre compatibilidad con lo que ya conocemos… siguen estando ahí.