Fundación Madrina, una alternativa para las jóvenes madres

No hace mucho hablamos en otro post un poco de la Fundación Madrina, una asociación que ayudaba a las adolescentes embarazadas durante su maternidad. Atraídos por el tema, decidimos visitar uno de los pisos de acogidas, donde la Fundación, da cobijo a alguna de las jóvenes y a sus hijos. En este mismo lugar, Conrado Jiménez, presidente de la Fundación, nos habló de la misma y resolvió muchas de las dudas que teníamos.
 
¿Cómo surge la Fundación? ¿Cuánto tiempo lleva?

La Fundación se creó en el año 2000, con dos amigos, aunque desde años antes ya trabajaba en el tema solidaridad alternándolo con mi trabajo profesional en el mundo de la bolsa, los mercados y la banca.

Concretamente, decidí hacer algo tras mi viaje a Cuzco, cuando era voluntario. Allí, los niños vivían en la calle y las mujeres se desangraban tras dar a luz, quedándose solas con sus hijos mientras sus parejas se iban a la selva. La verdad, es que aquella situación me dejó bastante tocado y volví pensando que tenía que hacer algo en España que estuviera relacionado con los niños. Entonces me di cuenta que aquí no hay niños en la calle, pero si hay madres adolescentes, menores de edad que por causas de su embarazo sus familias las han echado de casa.

Además, no tienen porque ser extranjeras. Ahora mismo, tenemos dos españolas que las han echado de casa por su embarazo. A una de ellas la amenazaron con provocarle un aborto y como ella quería seguir adelante, la echaron.  Asimismo, hemos tenido un caso de alguna niña que ha venido de Europa de clase medio-alta, por lo que el perfil puede ser tanto medio-bajo como medio-alto. La chica vino buscando alojamiento porque la madre le había dejado en la calle, luego vinieron  y la convencerieron de que en su casa estaría mejor, y hace poco, nos hemos enterado de que se la han llevado a Málaga y le han provocado el aborto.

Estas situaciones se deben principalmente a que no hay familia, por lo que las chicas tienen que buscar fuera lo que no tienen en casa y al final el embarazo no deseado es una consecuencia más de los problemas que tiene la juventud en el terreno de violencia, drogadicción, etc., pero al final el problema es siempre el mismo, familias desestructuradas, falta de figura paterna y materna e incluso las nuevas formas de familia. En estas últimas, los padrastros  o madrastras excluyen de ser una familia a los hijos de otros matrimonios, provocando que estos anden por la calle sin rumbo, sin un núcleo familiar.

Nuestra obligación, por tanto es acoger a estas jóvenes en el momento más vulnerable, como puede ser el de la maternidad.

¿Cuáles son los proyectos que tenéis para ayudar a las jóvenes?

Son tres proyectos dentro del Programa Madre. El primero, el Proyecto Carla con gente que atiende todo tipo de llamadas, e-mail…

Proyecto Lucía, que se basa en el acompañamiento a través de madrinas, es decir, madres con experiencias que acompañan y aconsejan en todo el proceso a las adolescentes. Además, dentro de este proyecto cuentan también con atención profesionalizada por parte de asistentes sociales, psicólogos, etc. De esta forma, pueden tener toda la información necesaria y toda la ayuda.

Por último, Proyecto Sandra es de orientación y empleo. A través de este se ofrecen cursos de formación y se les busca empleo.

¿En qué situación se encuentran las jóvenes que solicitan vuestra ayuda?

En relación a esto hemos definido el concepto de moving maternal que es el acoso o violencia que sufre la mujer por el hecho de ser madre y hemos detectado cuatro entornos de violencia o de presión que sufre la mujer por algo tan natural como la maternidad:
– Pareja: Aproximadamente, en un 50% o 60% de los casos de embarazos hay problemas de presión por parte de la pareja, especialmente en el tercer o cuarto mes de embarazo, es decir, cuando se nota la tripa de la madre, surge la violencia de género por parte de la pareja. En este momento es cuando se produce el abandono, las obligan a hacer cosas que no quieren… esto coincide con las estadísticas del Ministerio de Igualdad que dice que en el 50% de los casos de violencia de género, al menos ha habido un aborto. Por lo tanto, si que está relacionado la maternidad o el aborto con la violencia hacia la mujer.

– Familiar: es un entorno de presión bastante hostil, especialmente para jóvenes hasta los 20 años. El entorno más cercano, padres, madres, abuelos pueden ser o bien fuente de estabilidad para la joven que acogen esta nueva situación o bien  fuente de marginalidad o de riesgo, es decir que las expulsan o las echan de casa si no hacen lo que ellos quieren.

– Laboral: 1 de cada 9 mujeres embarazadas sufre este tipo de presión por causa de su embarazo. No consiguen empleo, no le renuevan los contratos, le disminuyen el sueldo… ha habido casos como por ejemplo, el de una directora de marketing a la que le han llegado a decir que su embarazo era una mala imagen para la empresa y que iba a estar mejor en un almacén. Por lo tanto, el embarazo es considerado como una enfermedad por parte de la empresa. Además, hemos detectado que algunas empresas hacen tests sanguíneos a las mujeres  no para ver si su estado de salud está bien, sino para ver si están embarazadas. En el caso de que lo estén, estas pierden su trabajo.

– Sociedad: si estás embarazada y acudes a servicios sociales, primero, recibes una bronca y después te dicen que no te van ayudar que es tu problema y tu responsabilidad, atentando contra el artículo 7 de derechos civiles y políticos de Ginebra. La única alternativa que te van a  dar es la interrupción voluntaria del embarazo y te lo van a pagar. No te van a ayudar a sacar adelante a tu hijo.
En definitiva, la maternidad resulta un coste que no quiere asumir el Estado y por tanto, da alternativas menos costosas como es la eliminación del problema.

La Fundación Madrina, por tanto, lo que hace es ayudar a estas jóvenes madres que tienen la valentía de seguir adelante con su embarazo, a pesar de que todo el mundo las dé de lado.

¿Cuál es el perfil de las chicas que llegan a vuestra fundación?

Son chicas que han sido abandonadas por su pareja, que por su embarazo pueden perder un trabajo o que han sido rechazadas por su familia y se encuentran en la calle.

¿Cuáles son las principales preocupaciones que tienen?

Sensibilizar a la sociedad sobre estos temas, ya que hay niñas embarazadas en la calle y eso nadie lo sabe. También al Estado, ya que se considera que lo progresista es eliminar el problema, no darle una solución. Se  restringe meramente a un problema médico, no a un problema social que resulta más caro.

Si tienen la idea de abortar, ¿las convencéis para que no lo hagan?

Nosotros no convencemos a nadie, primeramente porque es estúpido. Nosotros les explicamos cuál es el riesgo que tienen. El aborto no nos importa, lo que nos interesa son los problemas de fondo que hay detrás. Intentamos ver a través de un protocolo de preguntas qué problemas hay detrás (una pareja o una familia que presiona, el miedo a perder el empleo…)

¿Son muchas las familias que se ofrecen para acoger a las chicas?

No. Igual que tenemos el piso de acogida, también buscamos familias que acojan esta realidad  y la verdad es que las necesitamos. Invitamos a todas las familias que se planteen que pueden aportar, quizás pueden ser madrinas, pueden aportar acompañamiento, ayudar económicamente, que también lo necesitamos, ya que mantener a cada chica nos cuesta 300€ al mes, lo que resulta bastante costoso.

Un acompañamiento de un año sería importantísimo, la aportación de un euro diario o también hogares que pudieran acoger porque tenemos a muchas chicas y a veces no tenemos donde acogerlas. Ahora mismo tenemos a una madre con gemelos y no tenemos recursos para ayudarla, por lo tanto sería bueno encontrar a una familia que pudiera acogerla  hasta que ella pudiera sobrevivir por su cuenta y vivir independiente. Este es el objetivo de la Fundación, ayudar a las chicas a crear familias monoparentales y autónomas y que puedan luego constituir una familia íntegra con su pareja y demás.

¿Cómo las ayudáis para que puedan encontrar un trabajo?

Hay muchas formas de encontrar trabajo y es encontrar empresas que las contraten por horas, que no les importe que estén embarazadas, trabajos de cuidar a enfermos…es decir, conseguir que el trabajo este conciliado con su vida personal en ese momento, con la maternidad.

¿Con cuántos pisos de acogida contáis? ¿Cuánto tiempo pueden vivir en ellos?

Contamos con 3 pisos de acogidas y las chicas pueden vivir en ellos el tiempo necesario para que sean autónomas.

¿Cómo se financia la Fundación?

Difícilmente porque la administración no tiene un duro, no nos da dinero y no tiene sensibilidad. Por lo tanto, acudimos a corazones generosos que consideren que nuestra labor es importante y que ayudar a una madre y a su hijo merece la pena y hay que darlas una oportunidad.

¿A cuántas chicas ayudáis actualmente?

Atendemos 30.000 llamadas telefónicas al año, 40.000 e-mails, 4.000 casos de atención y 400 están integradas en el programa madre con asistente social, madrina, alimentación, cunas, carritos… se les da de todo lo que necesitan para salir adelante.

¿Conseguís que salgan adelante las chicas que acogéis?

Todas salen adelante, de hecho a alguna de ellas no se le recomendó que se fuera antes de tiempo y al final tuvo que volver porque el novio la amenazaba de muerte.

¿Cuánto tiempo se quedan las chicas con vosotros de media?

Entre 3 meses y un año, depende. Hay algunas que por trastornos mentales se han quedado 3 años, pero lo normal es que sean entorno a 9 meses y un año hasta que salgan adelante.