«Nadie dijo que fuera fácil cambiar el mundo, pero siempre hemos escuchado aquello de que un grano de arena no es una montaña, pero sí forma parte de ella. Con estas ideas en el aire nace Ashoka, una organización que se encarga de dar visibilidad a las personas que con su iniciativa emprendedora tratan de solucionar un problema, y con ello, cambiar el mundo. Hace ya casi treinta años que Ashoka dio sus primeros pasos de la mano de su creador, Bill Drayton, en India, Latinoamérica y África. En 2003 la organización llegó a España y tres años después se seleccionaron los primeros emprendedores sociales del país.» Es un fragmento publicado en Compromiso Empresarial sobre una de las Organizaciones más interesantes y consolidadas en el panorama de emprendimiento social.
«No hay nada más poderoso para transformar un problema que una buena idea en manos de una persona emprendedora«. Y eso es precisamente lo que se necesita para llamar a la puerta de Ashoka: una idea innovadora.
Una idea innovadora, una dosis elevada de creatividad, un carácter emprendedor, impacto social para resolver un problema social y «fibra ética«. Estas cinco características definen a los emprendedores que busca Ashoka para apoyarles. Cinco criterios que ellos consideran que son comunes a todos los emprendedores sociales que tienen éxito.
Desde que comenzó su andadura en España, han recibido apoyo proyectos de los más diversos; desde problemas de desnutrición, acceso a agua potable, desarrollo de comunidades; hasta la integración social, la igualdad de género o microcréditos.
Ashoka no premia la trayectoria o el éxito de una persona que lleva años demostrando que funciona su iniciativa, sino a la persona que ya ha empezado pero que no tiene tiempo ni recursos para impulsar a pleno rendimiento su idea. Se otorga una ayuda económica a los emprendedores seleccionados durante tres años, junto a apoyo técnico y, sobre todo, apoyo de su red de contactos. Los emprendedores pasan a formar parte de una red internacional constituida ya por 2.300 personas de 64 países diferentes con un mismo espíritu.
Justo en estos días, al menos en Madrid, podemos ver sus carteles publicitarios en marquesinas y paradas de autobús. La campaña para nominar a los nuevos candidatos es pública y está abierta.