La basura ‘navega’ por el Amazonas

Imagen de una barca navegando por el Amazonas‘Echa todo al río, que el río se lleva todo’, es la frase que resume lo que viene ocurriendo en algunos puntos de la selva amazónica, pues la mayoría de los ciudadanos del lugar arrojan desperdicios de todo tipo al río más caudaloso y largo del mundo: el Amazonas.

Iquitos es la ciudad selvática más importante del Perú. Se encuentra enclavada en la región de Loreto, a 106 metros sobre el nivel del mar, y es el punto de partida para los buques y las lanchas que van con dirección a Leticia (Colombia) y Manaos (Brasil), además de a numerosas aldeas indígenas cercanas.

Más allá de sus atardeceres románticos y de sus noches de ensueño bajo el claro de la luna, de la calidez de su gente, de su exquisita comida, de sus mariposas multicolores y de sus casas llevadas como por arte de magia desde Europa (que esconden entre sus maderos el boom del caucho), en Iquitos está arraigada la pésima costumbre de arrojar la basura al Amazonas.

‘Puerto Productores’ es uno de los atracaderos iquiteños más importantes. Allí, debajo del muelle, se han acumulado toneladas de basura, desde botellas y bolsas plásticas, hasta pequeños papeles que terminan flotando en las aguas del río. Esto se observa en cada uno de los embarcaderos del Amazonas y de los ríos cercanos como el Nanay o el Napo, dando una dramática bienvenida a los viajeros.

La basura ‘navega’ en el río a lo largo de todas las poblaciones y seguirá ‘navegando’ durante décadas, si no se mejoran los hábitos. Sólo basta con decir que una botella plástica, así como sus similares no-biodegradables, tardan muchísimo en descomponerse, como mínimo 100 años.

Pero eso no es todo. Un informe desarrollado por la Federación de Partidos Verdes de las Américas reveló la crítica situación que atraviesa el Amazonas, no sólo por el descenso de sus aguas, sino, sobre todo, porque buena parte de los desagües de Iquitos desembocan en el río, por la deforestación descontrolada y por la contaminación del petróleo de las embarcaciones.

Por estos días, en que la Selva Amazónica lidera las preferencias en el Concurso de las Siete Maravillas Naturales del Mundo, es prudente que el Gobierno peruano haga cumplir las leyes de protección de la Amazonia y emprenda campañas de concienciación para impedir que se continúe destruyendo uno de los pulmones más importantes del mundo.