Un reciente informe de la Comisión Europea asegura que la Unión Europea va muy rezagada en cuanto a cumplir las metas que tenía previstas para detener la pérdida de biodiversidad para 2010.
Y es que, según este informe, el 50% de todas las especies y hasta 80% de los tipos de hábitats que necesitan protección en Europa tienen estatus de «conservación desfavorable», lo que significa que existe un verdadero peligro de descenso de especies.
Con este panorama, el Consejo de Ministros de Medio Ambiente de la Unión Europea ya ha adoptado nuevas metas en Bruselas sobre biodiversidad para el periodo que va hasta el 2050. También se ha fijado otros objetivos intermedios en 2020 para detener la degradación de los ecosistemas y restaurarlos.
Entre otras cuestiones, el texto trata las negociaciones del régimen internacional sobre acceso a los recursos genéticos y reparto de los beneficios generados y subraya la necesidad de promover todas las medidas necesarias para proteger la biodiversidad en los terceros países y en las zonas marinas más allá de las jurisdicciones nacionales.
Se ha aprobado, por unanimidad, la propuesta de la Presidencia española, y a finales de este año ya habrá que alcanzar acuerdos internacionales, pero la pregunta es: ¿Se cumplirán esta vez las medidas o una vez más se quedará en bonitas palabras?
Por el momento, sabemos que la ministra de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, Elena Espinosa, acaba de firmar un protocolo para la creación del Observatorio sobre Salud y Cambio Climático con la titular de Sanidad y Política Social, Trinidad Jiménez.