No abandonar el trabajo es una buena terapia para las personas con Parkinson

Imagen de la Asociación Parkinson MadridTener Parkinson no debe ser motivo para esconderse y abandonar las tareas cotidianas. Es cierto que hay muchas personas con esta enfermedad -cuyo Día Mundial tuvo lugar el pasado domingo- que sufren temblores incontrolables y que, además, pierden paulatinamente la capacidad motriz, pero eso casi siempre ocurre muchos años después del diagnóstico.

El presidente de la Asociación Parkinson Madrid, Antonio Pedreira, tiene Parkinson hace 16 años y trabaja como juez en el Tribunal Superior de Justicia de Madrid. Con la autoridad que eso le otorga, recomienda a las personas con esta dolencia que no abandonen su trabajo.

“Hay que seguir trabajando. Hay gente que ya no puede hacerlo, pero quienes sí tienen la capacidad de movilizarse deben continuar con su trabajo para no estar todo el día pensando en la enfermedad”, declaró.

Pedreira considera que en España “a los enfermos (120.000 personas) se les arrincona un poco” y añadió que continuar con las actividades cotidianas, sumado a conocer a otros enfermos, es una buena terapia que se complementa con el tratamiento médico.

“El conocer a otros afectados es importantísimo. Uno ve a veces sus problemas reflejados en otros y eso ayuda a resolverlos”, asegura.

A su juicio, si los enfermos con Parkinson quieren continuar trabajando, las empresas o el Estado deberían permitírselo. Incluso, aboga por que a los afectados se les conceda una reducción de tiempo en la jornada de trabajo.

“El Parkinson aparece casi siempre en personas que han adquirido una experiencia y unos conocimientos invaluables”, indica.

Aunque algunas personas podrían cuestionar la contratación de personas mayores y con Parkinson (al existir en España miles de jóvenes desempleados), Pedreira cree que la experiencia es compatible con la juventud.

“Los enfermos de Parkinson que quisieran trabajar deberían ser colocados en puestos donde se necesite la colaboración de la experiencia, con la ilusión y la fuerza de los jóvenes. Esto es importante porque la gente con Parkinson necesita tener una esperanza”, puntualiza.

Este planteamiento también lo defiende la presidenta de la Asociación Madrileña de Neurología y jefa de la Unidad de Neurología de la Fundación Hospital de Alcorcón, Lydia Vela Desojo, quien resalta que el continuar trabajando «es un punto a favor» para los pacientes con Parkinson, considerando sobre todo que cada vez hay más casos de personas menores de 40 años con Parkinson.

“A los pacientes hay que estimularlos a que sigan trabajando. Si están en el almacén, hay que facilitarles que no hagan labores de riesgo, por citar un ejemplo. Tienen que seguir trabajando para que no estén pensando en la enfermedad, para tengan una vida activa y para que puedan aportar en casa”, precisa.

Por último, al especialista subraya que trabajar ayuda a prevenir la depresión, que es uno de los síntomas no motores del Parkinson.