‘Expedición por la vida’, navegando contra el Sida

Foto: Expedición por la vida.
Foto: Expedición por la vida.

 Dar la vuelta al mundo en cuatro años a bordo de un velero recorriendo 50.000 millas (80.000 kilómetros) y cruzando los tres cabos más peligrosos del mar: Hornos, Leeuwin y Buena Esperanza, es el reto que ‘Expedición por la Vida’ tiene entre manos para difundir por todo el mundo un mensaje de sensibilización sobre la discriminación laboral y social de las personas afectadas por el Sida.

A la mitad de la tripulación que se embarcará en la aventura se le ha diagnosticado el virus del VIH, mientras que la otra mitad no lo tiene. De esta forma, quieren demostrar que las personas seropositivas y las que no lo son pueden convivir sin que haya riesgo de contagio.

María, Sandro y Xavi son los tres primeros tripulantes, y únicos de momento, de esta iniciativa que busca velero y sponsors para emprender su viaje. Cuentan con un padrino que a sus 80 años se considera mayor para estos trotes pero que, entusiasmado con el proyecto, les ayuda en la medida que puede. Todo empezó en febrero cuando María regreso de uno de sus viajes y, casualmente, conoció a Sandro:

“Me contó que es seropositivo y lo mal que lo ha pasado. Lo entendí porque tengo un hijo a quien hace unos años le diagnosticaron el VIH. Uno de los proyectos de Sandro era navegar alrededor del mundo pero, después del diagnóstico, lo aparcó, aunque siguió con sus estudios… A partir de ahí fue surgiendo todo”.

Tienen claro que es una travesía larga con mucho tiempo de convivencia, razón por la que es importante ser una piña. Por eso, cualquiera que quiera participar deberá pasar un periodo de prueba para ver si encaja en el grupo. Xavi aprobó y ya es uno más del equipo. Han puesto anuncios para completar la tripulación, de momento hay tres personas que se lo están planteando y seis a las que les gustaría ir. No obstante, el problema es el mismo: no es fácil dejarlo todo durante cuatro años.

Otra búsqueda es la de velero. “Se busca embarcación de catorce o quince metros de eslora, con capacidad para convivir seis personas y un casco resistente, ya sea en venta, alquiler o préstamo”, rezaría el cartel de anuncio. Para dar con lo que será su medio de transporte y vivienda, el equipo esta haciendo una campaña de difusión en su página web y en redes sociales como Twitter o Facebook, además de buscar en astilleros y sponsors. Durante la investigación se han encontrado con un obstáculo, explica María:

“El problema es que no sabemos como se maneja a nivel fiscal una gran cantidad. Desconocemos qué sucede en cuanto a Hacienda si tenemos un montón de patrocinadores que nos dan 250 euros al año, es decir, si tenemos que constituir una asociación o qué… Hemos acudido a varios centros pero no saben qué contestar”.

Foto: Expedición por la vida.
Foto: Expedición por la vida.

Zarpando desde el Mar Mediterráneo pasaran por el resto de los mares europeos hasta llegar al Océano Atlántico y después surcar las aguas del Pacífico y las del Índico. Este recorrido incluye el paso por los tres cabos considerados los más peligrosos de la navegación: el Cabo de Hornos (Chile), el de Leeuwin (Australia) y el de Buena Esperanza (África). La ruta básica está establecida, aún y así se está perfeccionando dependiendo de los puertos en los que se pueda parar debido al veto de entrada de personas con VIH que tienen algunos países, explica María:

“Una persona anónima que no muestra justificante ni medicamentos en la entrada del puerto puede pasar porque no la detectan, pero nosotros vamos a dar publicidad porque llevamos nuestro mensaje”.

Para eliminar el estigma del VIH y como embajadores flotantes del proyecto, el equipo pensaba organizar campañas en cada puerto, con discursos, espacios de puertas abiertas y un eslogan junto con ONG colaboradoras. No obstante, la respuesta de algunas organizaciones e instituciones y su poca participación hacen replantear la situación. María manifiesta que:

“En muchas ocasiones nos hemos encontrado sin apoyo porque consideran que no tenemos la preparación adecuada para hablar de la discriminación, cosa que no es cierta porque además de formarnos, lo vivimos de cerca”.

Ante esta situación, ‘Expedición por la vida’ baraja la posibilidad de unirse a las iniciativas que les ofrezcan o actuar por su cuenta. Mientras que sí ha recibido el respaldo de personas individuales y de la sociedad en general. En este sentido, María piensa que la percepción que la gente tiene del Sida ha evolucionado con los años:

“Estamos viendo más la propia discriminación o el autoestigma de la persona seropositiva porque hay un peso muy grande de la idea social de que va a ser rechazado por el prójimo, pero las personas se muestran más solidarias y no tienen miedo a dar un abrazo o la mano como ocurría antes”.

Estos avances son un gran paso para el colectivo seropositivo. La situación ha mejorado pero el estigma de VIH sigue presente, no ha desaparecido, y para muchos supone una lucha diaria que ‘Expedición por la Vida’ quiere vencer. Si quieres aportar tu granito de arena o seguir su aventura puedes hacerlo pinchando aquí.