Cuánto agua gastas al comerte un filete

grifo goteandoUn vaso de leche contiene proteínas y lactosa (entre un dos y un cuatro por ciento), grasas (cuatro por ciento), y en su mayoría agua (casi un 90 por ciento). Y es que se estima que para llenar un vaso de leche necesitamos unos 200 litros de agua.

No, no se trata de un error de cifras achacable a un redactor despistado, sino a un concepto relativamente nuevo: el agua virtual.

Ideado, a principios de los noventa, por el investigador británico John Anthony Allan cuando estudiaba la importación de agua como solución a su escasez en Oriente Medio, este concepto hace referencia a la cantidad de agua empleada para la producción de bienes y servicios.

Imaginemos por un momento que estamos solos y decidimos, para darnos un capricho, ir a cenar fuera. Sentados en una terraza con un pantalón vaquero (10.850 litros), una camiseta (4.100 litros) y unos zapatos de cuero (8.000 litros), observados por un bistec de ternera (1.600 litros) con patatas fritas (20 litros) y lechuga (23 litros), regado con un copa de vino tinto (120 litros), nos daría un total de: 24.713 litros de agua. Todo ello sin contar el coste de la ropa interior, el desplazamiento (si vamos o no en coche) o si ponemos el broche al ágape  con un café.

Para la obtención de estas cifras se tiene en cuenta, por ejemplo, en el caso del bistec, tanto la cantidad de agua necesaria para que crezcan los pastos que alimentan a la vaca, como la refrigeración y almacenaje de esa carne, su transporte, así como los múltiples condicionantes del proceso hasta llegar a nuestro plato.

De ahí que se estime que los españoles consumamos alrededor de 2.740 litros de agua por día, lo que se traduce en algo más de un millón de litros anuales, según estimaciones de la Universidad Politécnica de Madrid. El consumo y la higiene personal se llevarían 205 litros diarios, y el resto, se los bebería el agua virtual.

Con estos datos, el investigador británico diseñó un sistema de relaciones comerciales entre países, con la vista puesta en la escasez del recurso hídrico, que según la ONU afectará a más de 250 millones de personas en 2050. Así, los  países deberían basar sus intercambios comerciales en el consumo del agua, debiendo, aquellos más húmedos, producir los bienes que más consuman y vendérselos a los más áridos, los cuales deberán elaborar productos que necesiten menos recursos hídricos.