Impresiones de un periodista peruano sobre la integración de los inmigrantes en España

Foto: Servimedia
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Seis meses después de haber llegado a Madrid desde Perú, mi país, para estudiar y poner en práctica el periodismo, me han pedido que escriba algo sobre mis impresiones con respecto a cómo se recibe en España a los extranjeros. Vaya lío en el que me encuentro, ya que se trata de un tema bastante sensible.

Todo es relativo y nada debe generalizarse. Partiendo desde esto, el decir si en España son bien o mal recibidos los extranjeros, es un tema que podría tener tantas respuestas como inmigrantes viven en este país. Por ello, lo que haré es dar mi opinión. La humilde opinión de un peruano que ha sido muy bien recibido en España.

Para empezar, me presento. Soy Pier Yusef Barakat Chávez, 29 años, periodista, natural de la ciudad de Trujillo, Perú. Gané una de las becas del Programa Balboa 2010 y, en el marco de ésta, mi destino fue Servimedia. Concretamente, la Sección Digital y, en ella, los blogs de la Obra Social Caja Madrid. Quienes siguen esta red con varios sitios web como  Inserción Social, Cuidado Alzheimer, Creación Joven, Formación Profesional, SOS Emergencias y Medio Ambiente tal vez hayan leído algún post firmado por mí en el último medio año.

Esta experiencia de vida, y específicamente hablo de trabajar en un medio dedicado a profundizar en los temas sociales, me ha permitido descubrir que España es un país que viene trabajando muchísimo en la inserción social de colectivos vulnerables a la marginación, ya sean los gitanos, los extranjeros o las personas con discapacidad. Sí, eso percibo, que existen muchas instituciones comprometidas con este trabajo que no genera cambios radicales de un día a otro, pero que contribuyen, de forma paulatina pero profunda, con el cambio de mentalidad en las sociedades.

El ver a personas ciegas caminando por las calles guiadas por su bastón blanco o por perros lazarillos, o a personas en silla de ruedas movilizándose en el metro, son dos cosas tal vez mínimas y cotidianas, pero que no se pueden observar en muchos lugares del mundo.

Sé que hay mucho que mejorar (sobre todo en accesibilidad en el metro, en las calles, en los edificios, en las nuevas tecnologías…), pero de todas formas pienso que España está yendo por el camino correcto.

Con respecto a los extranjeros que viven en España. Yo, en Madrid, me muevo a diario en el metro y ése es un buen lugar para descubrir lo cosmopolita que es esta ciudad. Y, es allí donde a diario viajan, en el mismo vagón, negros, blancos, chinos, americanos o europeos. Todos van juntos, algunos leyendo, otros reflexivos, unos preocupados y algunos sonriendo.

Aunque sé que ha habido ataques bastante violentos contra sudamericanos o africanos, yo la verdad nunca he sentido ningún tipo de trato discriminatorio por parte de las personas con quienes he viajado. Digo yo, porque no sé si los demás puedan decir lo mismo. Pero, en general, la gente no es intolerante ni mucho menos violenta.

La verdad, las personas en Madrid viven su vida. Sólo he percibido miradas contrariadas cuando algún extranjero (que por su aspecto físico se incluye dentro del grupo de africanos o sudamericanos) habla fuerte, escucha música desconocida, viste de forma diferente o aparenta ser una persona llegada de otro ‘planeta’.

Esto, creo yo, es más que racismo, fruto del desconocimiento, ya que acá en España se habla de una ‘Sudamérica’ lejana, empobrecida y exportadora de personas conflictivas, cuando en realidad ‘Sudamérica’ (al igual que África) es una región del mundo muy rica en cultura, con personas que –al igual que en Europa– buscan cada día mejorar su calidad de vida. Y, si viajan, es para ello, para mejorar, no para hacer daño a las personas oriundas del nuevo lugar que los aloja. Al menos la mayoría, claro.

Yo no sé si en España se trata a los extranjeros tan bien como se trató a los españoles en Sudamérica hace algunas décadas, cuando la migración vivía el proceso inverso al actual: De Europa a América. No puedo dar una opinión que generalice, pero sí puedo decir que aquí en España los extranjeros que tienen sus papeles en regla, no encuentran trabas sociales y pueden vivir tranquilos. Sí, es relativo, ya lo sé.

Sé que hay personas que sufren, que no encuentran la salida a sus problemas, que no pueden volver a sus países porque las puertas de Europa se les cerrarían si desearan emigrar de nuevo, o que no tienen trabajo. Sin embargo, estas limitaciones son más legislativas o burocráticas y no impuestas por el trato propio de los españoles de a pie.

Lo que yo pediría, como sudamericano, es simple: comprensión, tolerancia y ansias de conocimiento; comprensión y tolerancia, para no juzgar a nadie por ser diferente, y ansias de conocimiento para poder comprender a los demás y así incrementar la armonía de vivir todos y bien en el mismo lugar. Hay que tener presente que las personas somos diferentes y que las costumbres son distintas en cada uno de nuestros países.

No quiero dar consejos ni mucho menos, pero creo que ya lo hice y ya no puedo borrar las líneas de arriba. Sólo por agregar, diré algo que creo: lo más importante para un extranjero es encontrar calidez y comprensión. Todo lo demás llega por añadidura. El trabajo, el dinero, el éxito profesional.

Y termino estas líneas con un ¡gracias España!, por todo lo que he aprendido en este país y por haberme permitido abrir el panorama de mi visión sobre el mundo, sobre España, sobre mi país y sobre mi propia persona. Hasta pronto.