Inserción estival a través de un tratamiento de fisioterapia en el agua

La Gaviota
La Gaviota

Desde hace seis años, la asociación de El Puerto Santa MaríaLa Gaviota’ ofrece a personas con discapacidad un tratamiento fisioterapia en el agua llamado ‘HidroSport’. Esta es una de las muchas iniciativas veraniegas entre solidarias y vocacionales que, cada vez más, salpican nuestra geografía española. Como no podía ser de otra manera, me he regocijado al saber que  Obra Social de Caja Madrid no ha dejado pasar la oportunidad de ayudar a un colectivo como este y es, precisamente ella, la que financia este proyecto.

Dos jóvenes fisioterapeutas, Rebeca y Antonio, se han rendido ante el atractivo de este proyecto de la asociación portuense, que dedica todo su cariño y el esfuerzo de sus trabajadores, y de los voluntarios que se les unen altruistamente, a la bien intencionada acción de que las personas con discapacidad disfruten, como cualquier otro, del baño en la emblemática playa portuense de Valdelagrana.

La historia de cómo comenzó ‘HidroSport’ la relata José María Rebollo, tesorero de ‘La Gaviota’:

“Tras varios años luchando por tener una infraestructura en la playa de Valdelagrana adecuada a las necesidades de las personas con discapacidad y su reinserción planteamos desde la asociación la posibilidad de dotar de contenido este espacio físico. La idea era, por un lado, facilitar el baño de forma independiente a las personas con discapacidad (es decir que no necesitaran de amigos, familiares o asistentes personales) y, por otro, incluir algún elemento innovador y diferenciador en este tipo de programas y que llevó a la posibilidad de facilitar fisioterapia en el mar”.

Según me explica Rebeca Ruíz, una de los dos fisioterapeutas del ‘HidroSport’, lo más importante del programa es la posibilidad de hacer ejercicios y actividades dentro del mar, ya que muchos de ellos, fuera del agua, presentan mayor dificultad al trabajar por la gravedad. De hecho, asegura que hay una predisposición mayor a recibir tratamiento por parte del usuario, ya que asocia la fisioterapia con pasar un día de playa acompañado de familiares y amigos.

Y es que ‘HidroSport’ es un tratamiento de fisioterapia en el marco incomparable de una de las playas más idílicas del Puerto Santa María, ya lo he mencionado, Valdelagrana. Pero lo que consigue esta técnica es que facilita ayuda para acceder al baño de forma independiente, sin necesidad de acompañantes, lo que fomenta la independencia de la persona con discapacidad. En algunos casos, el programa sirve de respiro para paciente y familiares, no cabe duda.

Total que entre dos fisioterapeutas, dos auxiliares, entre cuatro y ocho voluntarios de la asociación, y una coordinadora permiten que entre 20 y 40 personas, diariamente, puedan disfrutar de las actividades organizadas en el marco del proyecto, que se realiza por las mañanas, en la citada playa, hasta el próximo 10 de septiembre. Aparte, otros muchos voluntarios de Cruz Roja colaboran también trayendo al enclave a personas con discapacidad desde sus casas. Por cierto, que me dicen que recuerde que todos pueden disfrutar de ‘HidroSport’, no solo los asociados de la entidad portuense.

El trabajo de los fisioterapeutas consiste en hacer ejercicios, movilizaciones pasivas o asistidas, trabajar la coordinación y el equilibrio, hacer juegos, y todo ello siempre en el agua. Pero, por otra parte, no hay que olvidar nunca la labor que hace el fisioterapeuta y todos los trabajadores y voluntarios desde el punto de vista psicológico, es decir, escuchar los problemas de las personas que atienden e intentar comprenderlos y darles su apoyo.

Muy emotivas son la palabras de Rebeca Ruíz. Para la profesional de la fisioterapia este trabajo le ayuda:

“…a ver la vida con otros ojos, ver como las personas con discapacidad superan tantos obstáculos. Me hace ver las vicisitudes desde otra perspectiva y a darle importancia a las cosas que realmente la tienen. Siento mucho respeto y admiración tanto por la persona que tiene la discapacidad como por los familiares que viven con ella a diario”, confiesa la profesional.

Cuando Antonio y Rebeca llagan a la playa, lo primero que hacen es preparar todo el material e instrumentación de trabajo:

“Normalmente, tenemos unos minutos antes de que empiecen a llegar los usuarios y los dedicamos a comentar la jornada del día o los problemas que hayan podido surgir el día anterior. En cuanto llegan los usuarios, se ponen los trajes de agua y, comienza el baile. Los preparamos, los llevamos al agua, hacemos la terapia, o lo que la persona necesite, y lo volvemos a llevar a la carpa. Y así uno detrás del otro. Cuando acaba la jornada recogemos el material y hasta el día siguiente”.

Vamos, que el personal es el alma del programa: los profesionales de la fisioterapia, auxiliares y voluntarios, así como el equipo de la oficina de la asociación, que hace una labor más callada, pero que, por supuesto, también cuenta.

La asociación señala que las actividades de ‘HidroSport’ son de una gran variedad, pues, según describe, se ajustan a las necesidades de cada persona. Así, existen actividades estrictamente orientadas al ocio (baño, acompañamiento, etc.) y otras que requieren una atención más especializada como, por ejemplo, las que tocan aspectos tales como la flexibilidad, la resistencia cardiovascular y respiratoria o el tono muscular. Y para todo ello, cuentan con material específico como sillas anfibias que facilitan el desarrollo de las actividades.

Así, ‘HidroSport’ está dirigido a personas con discapacidad física fundamentalemente, pero también a otras que tienen secuelas físicas, daño cerebral, síndrome de Down, esclerosis múltiple y, según cuentan Antonio y Rebeca, trantan con personas con todo tipo de diversidad funcional, desde neurológicos hasta lesiones medulares, hemiplejías, PCI y dificultad para la movilidad en personas de edad avanzada e incluso niños. Según Rebeca, la capacidad de recuperación de cada uno de ellos, en cualquiera de los sentidos, va ligada al tipo de discapacidad y al estado de ánimo y la predisposición que tenga cada persona.

Y una, la que suscribe, se queda atónica al imaginar que este equipo de personas  (que, por su puesto, tienen que estar implicados en el proyecto para que este tenga éxito) es capaz de hacer rozar el cielo a más de 400 personas cada verano y que todas ellas, aunque sea por un rato, se olviden de su diversidad funcional y se sientan… simplemente bien, algo tan sencillo y que, de algún modo, está vetado a muchas personas.

Poder flotar en el agua permite a muchos de los usuarios de ‘HidroSport’, seguro, realizar ejercicios que fuera del agua serían de mayor dificultad, pero lo realmente importante, como no puede ser de otra manera, es que en el marse sienten mucho más seguros, ya que no hay posibilidad de caerse y hacerse daño como en tierra. Y el oleaje… perfecto para trabajar el equilibrio, ¿no?.

Lo mejor, la felicidad que esta asociación, sus profesionales y la Obra Social de Caja Madrid procura a estas personas. Pero ¡cuándo derroche de cariño por parte de éstas deben de recibir ellos también!. Y es que uno da, y recibe aún más.