Cada invento, cada iniciativa, en definitiva, cada idea que nos ayuda a mejorar y progresar tiene un origen ¿sabes cuál es?
Podemos pensar que las ideas surgen de repente, en plan ¡Eureka!. Pero en realidad no es así. Al menos es lo que trata de explicarnos Steven Johnson.
Aunque a la hora de contar «la historia de una idea» tendemos a simplificar el proceso y nos quedamos con el momento en el que la manzana cayó junto a Newton, o el momento en el que Arquímedes estaba en la bañera, una observación más profunda de la vida de los genios nos muestra una historia diferente.
El estudio realizado por Johnson viene a confirmar que hay varios elementos comunes a las buenas ideas:
– Un largo periodo de incubación (aunque muchas veces de forma inconsciente).
– Un ambiente caótico, donde la comunicación fluye, no sólo para hablar de lo que sale bien, sino, sobre todo, de lo que sale mal.
Teniendo en cuenta estos dos aspectos es como se puede generar un sistema innovador abierto para ayudar a que las ideas innovadoras surjan.
Aunque esté en inglés, la conferencia que dió el escritor para la comunidad TED, es de lo más interesante (se le pueden poner subtítulos en español).
Es interesante cómo asocia el inicio de la modernidad con la aparición de las cafeterías a mediados del siglo XXVII. Y cómo hoy en día la actividad innovadora en los cafés de los modernos ilustrados se ha trasladado a Internet y empresas tecnologicas como Google (donde el 20 % de la jornada laboral se dedica a desarrollar proyectos propios, y donde se fomentan los ambientes de encuentro y comunicación entre los empleados).
Todo esto me recuerda que este viernes y sábado tendrá lugar InterQué, un evento donde, precisamente, se propone un espacio de encuentro para hablar y compartir ideas sobre Internet. Quién sabe si alguna idea latente saldrá a la luz a lo largo de estos dos días, o si alguno de los participantes se encuentra con la pieza del puzzle de la idea que anda rumiando…