
Son muchos los peligros con los que se topan las especies animales que, estando en su medio natural, conviven con nosotros: electrocuciones, atropellos, «accidentes» de caza… Pero lo que parece amenazar cada vez más a estos animales son los cebos envenenados que el hombre coloca en el medio natural.
Lo peor de todo es que casi siempre se trata de un uso ilegal de estos cebos los que han matado al menos a 6.674 ejemplares de especies amenazadas en los últimos 10 años, al tiempo que actualmente aumentan los casos provocados por la actividad ganadera en las áreas de expansión del lobo.
Estas son las conclusiones del I Encuentro para la Lucha contra el Veneno, organizado en Madrid por el Proyecto Life+Veneno y coordinado por SEO/Birdlife. El director general de Medio Natural y Política Forestal del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, José Jiménez comentaba:
«En la última década se han encontrado envenenados 2.355 milanos reales y negros, 2.146 buitres leonados, 638 buitres negros, 348 alimoches, 114 águilas imperiales, 40 quebrantahuesos, siete osos pardos y 858 individuos de otras especies incluidas en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas«.
Además, en los últimos cinco años han muerto por envenenamiento de 198 milanos reales, 92 buitres negros, 43 alimoches y 30 águilas imperiales.
Jiménez afirma que estos datos impresionantes:
«demuestran que el grave problema del uso del veneno en el medio natural supone una gran amenaza para la biodiversidad y está ampliamente extendido».
El director general de Medio Natural y Política Forestal señala que en la década de los 90 se produjo un «repunte del veneno» ligado fundamentalmente a la caza, pero actualmente se produce más por la actividad ganadera y en áreas de expansión del lobo.
Jiménez apunta, además, que España cuenta con «un marco normativo suficiente» para luchar contra esta actividad delictiva, de manera que ha habido sentencias condenatorias en el 90% de los juicios y se han producido 29 sentencias condenatorias firmes, cinco de ellas en los últimos tres años.
Añadió que España cuenta con más de 3.500 agentes (forestales y del Seprona) para combatir esta actividad y que tres comunidades tienen planes específicos contra el veneno en el medio natural: Andalucía, Aragón y Castilla-La Mancha.