¿Cómo es la salud de nuestros bosques?

BosqueEste año como todos sabéis, es el Año Internacional de los Bosques, por lo que era de esperar que el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino actualizara su inventario de daños forestales y nos diera nuevos datos sobre la salud de nuestros árboles.

El informe, que ha visto la luz hace unos días y ha sido elaborado tras evaluar un total de 14.880 árboles (7.488 coníferas y 7.392 frondosas), no es muy desalentador, ya que la salud de los bosques españoles mejoró en 2010 hasta alcanzar los mejores niveles de los últimos siete años.

Según los datos del inventario, el 85,4% de los árboles estudiados presentan un aspecto saludable. El texto considera dañados un 12,2%, con defoliaciones superiores al 25%, mientras que el porcentaje de arbolado muerto o desaparecido se mantiene estable, en torno al 2,3%.

Esta mejoría es general, aunque más notable en las especies frondosas. Así, un 83,3% de ellas están sanas, frente al 79,3% del año 2009. Es algo menos acusada en las coníferas, con un 86,9% de arbolado sano y un 85,1% el año anterior.

Foto: ONU
Foto: ONU

Para Medio Ambiente, el número de arbolado muerto es «mínimo», y lo achaca a cortas sanitarias y aprovechamientos forestales, así como a decaimientos derivados del «fuerte déficit hídrico» que afectó al arbolado en años anteriores.

Por comunidades autónomas, se observa una «clara mejoría en muchas»
comunidades autónomas, aunque destacan los casos de Asturias, Cataluña,
Baleares, Andalucía y Valencia, donde no se presentan «signos claros de decaimiento».

Con respecto a años anteriores, es significativa también la disminución de los agentes que habitualmente afectan a los bosques, como los daños por sequía y, en menor grado, por insectos. Los daños por procesionaria y por defoliadores primaverales de frondosas han disminuido especialmente.

INCENDIOS

Por el contrario, han subido los incidentes relacionados con incendios forestales y con la acción del hombre, así como por perfordores (cerambícidos y bupréstidos), cochinillas y algún ataque puntual de insectos que el ministerio considera «poco relevantes a escala global».

Medio Ambiente no había detectado una bonanza tan clara en el estado de salud de los bosques españoles desde el año 2004. El clima y, fundamentalmente, la cantidad y distribución de las precipitaciones, han jugado un papel «fundamental» en esta mejoría.