Erradicar el hambre en tiempos de crisis es posible

Foto: portada del libro "Cómo erradicar el hambre en tiempos de crisis. ¡Actúa ya!"
Foto: portada del libro "Cómo erradicar el hambre en tiempos de crisis. ¡Actúa ya!"

Unos 4.000 millones de personas, es decir, más de la mitad de la población mundial, está malnutrida bien porque no tienen alimentos suficientes o bien porque se alimentan en exceso, mientras los gobiernos, en general, ignoran este problema.

Aunque parezca utópico, acabar con la hambruna es posible. Las claves, en el libro «Cómo erradicar el hambre en tiempos de crisis. ¡Actúa ya!«, coescrito por dos doctores agrónomos y economistas y exaltos cargos de la FAO: Ignacio Trueba y Andrew MacMillan.

Ambos autores deslizan varias cifras llamativas, que combinan con ideas razonadas para finiquitar el hambre, «una de las mayores injusticias de nuestro tiempo», según afirmó Trueba en la presentación del libro, que tuvo lugar el martes 27 de septiembre en la Universidad Politécnica de Madrid, que ha editado la obra.

Por ejemplo, desde 1945 ha aumentado un 40% la disponibilidad de alimentos por persona, es decir, que hay suficiente comida para los casi 7.000 millones de seres humanos que actualmente viven en el planeta.

Sin embargo, el hambre crónica obliga a 1.000 millones de personas a la marginación social, a la enfermedad y a la muerte prematura, mientras que, paradójicamente, 1.500 millones se enfrentan a enfermedades provocadas por la obesidad y otros 1.500 millones más tienen déficit de vitaminas y minerales. Trueba añade:

«Como consecuencia, cabe afirmar que más de la mitad de la población mundial tiene problemas de nutrición y que, a pesar del gran sufrimiento humano, los gobiernos, en general, ignoran este problema».

Otra cosa. ¿Sabíais que el hambre mata cada día a tantas personas como murieron diariamente durante la Segunda Guerra Mundial? Pues sí. Unas 24.000, con el agravante de que dos tercios de ellas son niños.

Aunque hay suficientes alimentos, ambos autores sostienen que

«los métodos de producción y distribución son insostenibles y originan grandes pérdidas desde el campo a la mesa, reducen la biodiversidad, degradan los suelos, contaminan las aguas y salinizan las tierras».

«En las pequeñas explotaciones agrarias se cultiva la mayoría de los alimentos del mundo, pero el 75% de los pobres y hambrientos se encuentra en el medio rural», añade Trueba.

Esta mala gestión de los alimentos ha impulsado las crisis del cambio clímatico, la energía, el medio ambiente y la economía, que, según Trueba:

«están interrelacionadas entre sí y en los últimos años han crreado una gran incertidumbre a escala mundial».

El libro propone dos grandes desafíos: erradicar el hambre en 2025 y hacer que los sistemas de producción y consumo de alimentos sean sostenibles en 2050, donde se prevé que haya 2.000 millones personas más.

Trueba apuesta por incrementar la conciencia pública sobre los que significa el hambre y el desarrollo agrario sostenible para que los gobiernos puedan abordar dichos problemas y otorgar recursos suficientes a las organizaciones internacionales expertas en esta materia.

Asimismo, aboga por:

«El compromiso personal de cada ser humano, que puede ajustar sus propios hábitos de compra, alimentación y desperdicios de comida (la tercera parte de los alimentos que se produce en el mundo se tira, y eso es una vergüenza)».