
Más de 3.000 millones de personas, aproximadamente el 50 por ciento de la población mundial, estaban expuesta en 2010 al paludismo o la malaria, en especial las personas que viven en los países pobres, según la OMS.
Y no solo eso, 216 millones de personas están en riesgo y 655.000 mueren al año a causa de esa enfermedad. Además, como ayer afirmó el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, más de 1.400 niños mueren cada día en el mundo a causa de la malaria, una situación que califica de «tragedia monumental».
Para que la enfermedad y quienes conviven con ella no sean olvidados, hoy conmemoramos el Día Mundial del Paludismo, que fue instituido por la 60º Asamblea Mundial de la Salud en mayo de 2007. Esta fecha supone un reconocimiento a los esfuerzos desplegados en todo el mundo para controlar la malaria de forma eficaz.
También es una buena ocasión para que los países de las regiones afectadas aprovechen las experiencias de los demás y se presten apoyo mutuo y para que los nuevos donantes se adhieran a una nueva alianza mundial contra la malaria.
Que las instituciones de investigación y académicas expongan sus adelantos científicos a los expertos y al público en general; y que en todo el mundo se den a conocer iniciativas que arrojan buenos resultados para luchar contra la enfermedad son otras actividades que se deben llevar a cabo hoy y el resto de días del año.