Las alteraciones en el cerebro de las personas a las que se les diagnostica una enfermedad neurodegenerativa pueden comenzar hasta 20 años antes de la aparición de los primeros síntomas, según recoge un estudio publicado recientemente en la revista ‘Lancet Neurology’.
El trabajo se ha realizado analizando las alteraciones de una familia colombiana de más de 5.000 miembros que presenta una forma genéticamente determinada de Alzheimer precoz, y además hereditaria, que les hace desarrollar la enfermedad y padecer los primeros síntomas visibles de deterioro cognitivo desde los 45 años.
Los investigadores han detectado cambios cerebrales en miembros de esta familia de entre 18 y 26 años, por lo que, teniendo en cuenta que los primeros síntomas de desarrollo de demencia se producen a los 53 años, se concluye que estas alteraciones cerebrales llegan más de 20 años antes de que lo hagan los primeros indicios perceptibles.
Así, en esta familia dichas alteraciones se producen bastante antes de que se acumulen placas de proteína beta amiloide en el cerebro, que es uno de los síntomas más característicos que el desarrollo de la enfermedad.
Además, como indica Eric Reiman, investigador del Instituto de Alzheimer de Banner en Phoenix, y uno de los coordinadores del estudio; otra de las novedades que arrojan los resultados es que los expertos han comprobado un nivel muy alto de esta sustancia en el líquido cefalorraquídeo de algunos adultos jóvenes, cuando hasta ahora, las personas que desarrollaban depósitos de amiloide, ya fuera por Alzheimer precoz o tardío, tenían niveles de la proteína en el líquido de la médula espinal mucho más bajos de lo normal.
Por otro lado, tras realizar pruebas consistentes en asociar nombres con rostros, también se deduce de las conclusiones del estudio que las personas de esta familia colombiana que presentan la mutación genética registraron mayor actividad en el hipocampo, que es la zona de nuestro cerebro relacionada con la memoria, lo que indicaría que tienen que hacer mayores esfuerzos para codificar recuerdos.
En opinión de los expertos, este trabajo, “proporcionará oportunidades potenciales para el desarrollo de terapias futuras que combatan la enfermedad o, al menos, ralenticen la aparición de sus síntomas”.