La imagen de la semana: El derecho a la inclusión de la infancia con discapacidad

Niños de una escuela de Kampala (Uganda), donde estudian 215 alumnos de entre 8 y 16 años, todos ellos sordos, y 20 de ellos sordociegos
Foto: © UNICEF/UGDA2012-00144/Nakibuuka

Cuando uno ve la discapacidad antes que al niño, no solo es malo para él, sino que priva a la sociedad de todo lo que este niño tiene que ofrecer

Esta afirmación no es nuestra, aunque la suscribimos. Es del director ejecutivo de Unicef, Anthony Lake, quien la pronunció en la presentación del Estado Mundial de la Infancia 2013 (EMI). Este importante documento nos habla del grado de desarrollo de la infancia en cada país y analiza algunas de las situaciones que los niños viven en el mundo.

En esta ocasión, el análisis se ha centrado en las niñas y niños con discapacidad, que son unos 93 millones en el mundo. Y la principal conclusión apunta que la infancia con discapacidad y sus comunidades se beneficiarían si la sociedad se centra en los que los niños pueden lograr, en lugar de en lo que no pueden hacer.

Así, el informe expone cómo las sociedades pueden ser inclusivas para los menores con discapacidad, porque cuando ellos desempeñan una función en la sociedad, todos se benefician. Por ejemplo, la educación inclusiva amplía los horizontes de todos los niños, incluso cuando su objetivo principal es ofrecer una oportunidad a la infancia con discapacidad para lograr sus metas.

 Para que los niños con discapacidad cuenten, es preciso tenerles en cuenta al nacer, en la escuela y en la vida

El responsable de Unicef así lo afirma, porque el EMI de 2013 dice que estos niños tienen menos probabilidades de recibir atención médica o de ir a la escuela, son más vulnerables a la violencia, el abuso, la explotación y el abandono. La combinación de todos estos factores da como resultado que los niños con discapacidad estén entre las personas más marginadas del mundo.

Así como los niños no aceptan límites innecesarios, nosotros tampoco deberíamos aceptarlos

Hoy nuestra imagen de la semana va por esos 93 millones de grandes personas, aunque aún pequeñas en edad, que nos muestran a todos que sus capacidades para sorprendernos son infinitas.