
‘La educación es nuestro mejor arma’. Esta frase no es nuestra, es de Malala Yousafzai, la adolescente paquistaní que fue atacada por los talibanes por defender el derecho a la educación de las niñas y mujeres en todo el mundo. La pronunció en la sede de Naciones Unidas y hoy, cuando celebramos el II Día Internacional de la Niña, vuelve a cobrar más fuerza que nunca.
Todos los días, en muchos lugares del planeta, las niñas hacen frente a la discriminación y la violencia. Para erradicar estas situaciones, la ONU decidió instaurar el año pasado por primera vez tal conmemoración con el objetivo de centrar la atención en la necesidad de abordar los desafíos que enfrentan las niñas y promover su empoderamiento y el cumplimiento de sus derechos humanos.
Al igual que el año pasado se hizo hincapié en la erradicación de los matrimonios infantiles, el tema de 2013 es ‘Innovar para la educación de las niñas’, para hacernos entender que el cumplimiento de este derecho es una “obligación y un imperativo moral”. Según el organismo internacional:
Hay pruebas abrumadoras de que la educación de las niñas, sobre todo en el nivel secundario, es una poderosa fuerza que transforma a las sociedades y a las propias niñas; es un elemento positivo que permanece constante en casi todos los resultados previstos para el desarrollo, desde la reducción de la mortalidad y la fecundidad hasta la reducción de la pobreza y el crecimiento con equidad, el cambio de las normas sociales y la democratización
Y aunque Naciones Unidas ha constatado avances en este ámbito durante las últimas décadas, también es cierto que muchas niñas, especialmente las más marginadas, siguen estando privadas de ese derecho fundamental. Son muchas las que todavía no pueden asistir a la escuela ni terminar sus estudios, e incluso cuando pueden ir se percibe un rendimiento insuficiente debido a la mala calidad de la educación, las aspiraciones reducidas o las tareas domésticas, que les impiden obtener el rendimiento adecuado.
Con la idea de adoptar nuevas perspectivas para impulsar su educación, el Día Internacional de la Niña 2013 aborda la importancia de las nuevas tecnologías y la innovación en las asociaciones, las políticas, la utilización de recursos, la movilización de la comunidad y la participación de los jóvenes.
¿Qué podemos hacer?
Los países, las organizaciones de la sociedad civil y también los agentes del sector privado tienen, según la ONU, herramientas para avanzar en la educación de las niñas. Hablamos de medidas como la mejora de los medios de transporte para que las niñas vayan a la escuela: desde carreteras hasta autobuses, pasando por botes, canoas, ciclomotores o bicicletas.
Por su parte, el sector bancario podría colaborar con los sistemas de enseñanza para facilitar los salarios de las maestras y las becas de las niñas. Y los sistemas educativos de los países podrían proveer de cursos de ciencia y tecnología dirigidos a las niñas. También se podrían revisar las planes de estudio para integrar mensajes positivos sobre las normas de género relacionadas con la violencia, el matrimonio infantil, la salud sexual y reproductiva y las funciones masculinas y femeninas en la familia.
Imagina, por ejemplo, la revolución que supondría la aplicación de la tecnología móvil para la enseñanza y el aprendizaje a fin de llegar a todas las niñas del mundo, especialmente a las que viven en las zonas más remotas.
Las anteriores son solo algunas propuestas de Naciones Unidas para mejorar la educación de las niñas. ¿Cuáles son las tuyas?