Dichos populares que definen las características de un líder

Hemos hablado muchas veces de las cualidades que un líder debe atesorar. Y hemos hablado de la Empatía, Actitud Mental Positiva, Adaptación al Cambio, Asertividad, etc,  pero ¿qué tal si describimos esas cualidades de una manera más terrenal y con un vocabulario que prácticamente todos utilizamos día a día y que forma parte de nuestras vidas? dichos populares que definen las características de un líder. 

Un líder sabe que «a buen entendedor, pocas palabras bastan», por lo que no necesita mucha información para ponerse en marcha. Admite el error, y sigue adelante porque «a confesión de partes, relevo de pruebas». Sabe que «a falta de pan, buenas son tortas», y hace lo que puede con lo que tiene, sin «ahogarse en un vaso de agua», solucionando los problemas y no dejando que estos se adueñen de su actitud, sin «bajar la guardia», y sin ir «a tontas y a locas», sino planificando su estrategia, ya que cree que «a la suerte hay que ayudarla», por lo que se pone en marcha para alcanzar sus metas.

No actúa precipitadamente«de golpe y porrazo», sino que sabe lo que hay que exigir en cada momento, porque«cuando hay hambre no hay pan duro», y no teme que se le «caigan los anillos» por dar ejemplo. No se «duerme en los laureles», lucha «contra viento y marea» cuando vienen mal dadas. Es capaz de «darle la vuelta a la página» para olvidar y seguir adelante, y no «echa agua al mar» haciendo cosas improductivas, porque «el diablo sabe por diablo, pero más por viejo», por lo que pone su experiencia al servicio del objetivo común.

Para «tener la sartén por el mango», un líder debe «hilar muy fino», explicando sus objetivos y transmitiendo información a sus colaboradores ya que «hablando se entiende la gente», pues de nada le sirve no hablar claro y mentir porque «las mentiras tienes las patas muy cortas».

«No cantar victoria antes de tiempo» es otra cualidad de un líder  y es que cuando sufre un revés no contagia su pesimismo a los demás, y siempre pone buena cara a las situaciones, sabiendo que «la procesión va por dentro». Es atento y comprensivo con sus colaboradores, sin dejar de ser exigente, porque «lo cortés no quita lo valiente». Un líder intenta siempre hacer las cosas de una manera práctica y sencilla sin «meterse en camisas de once varas», ya que tiene muy claro que «más vale prevenir que curar», y para eso procura no dar nunca una «puntada sin hilo».

Otra habilidad de un líder es «no dejar para mañana lo que puede hacer hoy», sabiendo que es mejor «no jugar con fuego», así que no se apresura en tomar decisiones pensando en que «a quien madruga, Dios le ayuda», y que las cosas tienen su dificultad, y que no todo es «soplar y hacer botellas». Nunca olvida que «obras son amores y no buenas razones», y que los resultados son los que mandan, por lo que de nada sirve justificar un fracaso.

Piensa que para conseguir algo, la paciencia es más importante que el «pan para hoy y hambre para mañana», y que para lograr los objetivos, hay que hacer esfuerzos y es que «para hacer una tortilla hay que romper varios huevos», pero sin «pedir peras al olmo», es decir, sabiendo lo que cada colaborador puede ofrecer, «poniendo siempre las cartas sobre la mesa» diciendo las cosas como son y «echando toda la carne en el asador», sin guardarse nada, ni«dejándose nada en el tintero».