En 1966, hace casi 50 años, la Asamblea General de las Naciones Unidas decidió declarar el 21 de marzo Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial; una forma simbólica de dar mayor visibilidad a un objetivo que debe perseguirse no ya cada día, sino cada minuto de nuestra vida diaria. Para concienciarnos todavía más de ello, en esta ocasión se ha proclamado la Semana de solidaridad con los pueblos que luchan contra el racismo y la discriminación racial; que concluye hoy, 27 de marzo.
El tema seleccionado para 2015 ha sido “Aprender de las tragedias históricas para combatir la discriminación racial del presente”. Se trata de una llamada a la revisión de las raíces más profundas del racismo, al repaso de las lecciones del pasado que no debemos olvidar nunca para no recaer en errores fatídicos. Desgraciadamente, aprender de lo sucedido no permite corregir la historia; pero sí es útil para enderezar el rumbo en el viaje hacia el futuro.
El pasado 20 de marzo se organizó en Ginebra una jornada de concienciación, que incluyó una mesa redonda y la proyección de una película. En las charlas se hizo especial hincapié en la relevancia de recordar la esclavitud, el apartheid, el colonialismo y el genocidio que han llevado al racismo, la discriminación racial y la xenofobia. El filme, por otro lado, fue preparado para alumnos de escuelas de secundaria, a quienes se animó a expresar su opinión sobre las situaciones de racismo que perciben en su día a día.
Entre las soluciones señaladas, destacó la propuesta de crear materiales didácticos y de sensibilización, como forma eficaz de luchar contra las discriminaciones que aún se producen en nuestro tiempo. Paralelamente, en la sede de la ONU en Nueva York se celebró una mesa redonda a la que asistieron historiadores y expertos en esta materia. La ponente principal fue la jamaicana Verene Shepherd, miembro del Grupo de Trabajo de expertos en Afrodescendientes del Consejo de los Derechos Humanos.
Precisamente, en este año 2015 arranca el Decenio Internacional de los Afrodescendientes, bajo el lema ‘Reconocimiento, Justicia y Desarrollo’. En su plan de acción, que puedes consultar aquí, se marcan objetivos como la protección de las libertades fundamentales de las personas de ascendencia africana, la difusión general del conocimiento sobre su cultura y contribución al desarrollo social; y la puesta en marcha de marcos jurídicos regionales, nacionales e internacionales que custodien sus derechos.