El acoso escolar es una realidad presente en la mayor parte de los centros educativos. Durante los últimos años hemos asistido a un proceso de concienciación que ha incrementado la visibilidad del problema a nivel social; sin embargo, detectar estos casos en el día a día y atajarlos a tiempo continúa siendo difícil. No existe ningún tipo de acoso aceptable, pero probablemente resulte más repulsivo aquel del que son víctimas las personas con algún tipo de discapacidad. Y según los expertos, más de un 10% de los jóvenes que sufren acoso escolar se encuentran en esta situación.
A finales de mayo, el suicidio de una adolescente en Madrid conmocionó a toda España. Se llamaba Arancha, tenía 16 años y había soportado durante meses el acoso e incluso la extorsión de uno de sus compañeros de instituto. En un mensaje enviado a sus amigas se declaró «cansada de vivir», pocos minutos antes de dejarse caer por el hueco de la escalera de su vivienda. Arancha sufría una discapacidad motora y otra intelectual de entre el 30 y el 40%. Había hablado con sus profesores y sus familiares del calvario que estaba pasando, hasta había presentado una denuncia en comisaría. Nada de eso fue suficiente.
En laSexta Noticias emitieron recientemente este perfil de Carolina, una adolescente que tuvo que abandonar su instituto por ser víctima del acoso escolar:
Estudios e investigaciones desvelan que los niños y adolescentes con discapacidad son víctimas del maltrato de manera más frecuente; y no sólo en sus colegios e institutos. Un informe de 2011 del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud apunta que un 23,08% de los menores que tienen alguna discapacidad sufren maltrato en sus hogares, mientras que en aquellos que no la tienen el porcentaje desciende hasta el 3.87%. Otros estudios señalan que los profesores que tienen noticia de un acoso intervienen aproximadamente en la mitad de los casos. Sólo en tres de cada diez llega a sancionarse al acosador.
Parece evidente que faltan medios en la lucha contra el acoso escolar. Medios en forma de personal capacitado en los centros educativos y también en forma de recursos para ellos. También queda mucho trabajo por hacer en lo relativo a la educación de los menores. Existen numerosas organizaciones que trabajan para conseguir progresos en este sentido, como la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (CEAPA), la Asociación Española para la Prevencion del Acoso Escolar (AEPAE) o la Asociación Contra el Acoso Escolar (ACAE). Todas coinciden en la necesidad urgente de un Plan Nacional contra el acoso escolar que obligue a las instituciones a encarar el tema con la determinación que requiere.