#GenteMontemadrid: Guillermo Mora. El lenguaje de las fronteras

Guillermo Mora delante de una de sus obras. Foto de Victoria Iglesias
Guillermo Mora. Foto de Victoria Iglesias

Guillermo Mora (Alcalá de Henares, 1980), es uno de los artistas españoles más reconocidos de los últimos años gracias a diversos premios y becas. Entre todos ellos destaca su participación en Generaciones 2013nuestra convocatoria dirigida jóvenes artistas que a través de sus 17 ediciones ha medido el pulso del arte contemporáneo desde las inquietudes y preocupaciones de los artistas más jóvenes y que dio visibilidad a su carrera artística, una de las que cuentan con mayor proyección del circuito contemporáneo.

Posteriormente Mora ha realizado otros proyectos en La Casa Encendida como No A Trio A en 2013 junto a Pia Camil o su reciente participación en Power Art Point del Programa Chimenea, construyendo así una trayectoria creativa vinculada a la Fundación Montemadrid que llega hasta hoy.

Por esto y mucho más, es protagonista del mes de julio en #GenteMontemadrid. Un gran ejemplo de crecimiento artístico, crítico con el panorama artístico actual y creador de piezas que mezclan lenguajes y disipan fronteras.

Llevas muchos años siendo un artista reconocido, pero ¿qué supuso para ti y para tu obra ser seleccionado en la convocatoria Generaciones 2013 de Fundación Montemadrid y exponer en un centro como La Casa Encendida?

Generaciones es uno de los mejores reconocimientos que puede recibir un artista joven en España. Es una ventana que todo el sector del arte español mira porque, año tras año, refleja un panorama de lo que está sucediendo. Diría que es el que mayor proyección nacional ofrece.

Hace poco se ha inaugurado la edición de Inéditos 2018 en La Casa Encendida, una convocatoria de Fundación Montemadrid para jóvenes comisarios. ¿Qué aportan las convocatorias y el trabajo de organizaciones como esta al panorama artístico y cultural?

Los comisarios que han pasado por Inéditos han afianzado mucho su carrera. Respecto a la finalidad de las convocatorias artísticas, decir que éstas cumplen una función importante. Muchas veces se perciben desde fuera como una simple ayuda económica, pero en la mayoría de las ocasiones el dinero es lo de menos. Conseguir uno de estos premios da mucho apoyo y seguridad, afianza tus ideas, te permite creer más en ti y en tu trabajo. En definitiva, es un impulso.

Poco a poco los artistas emergentes están siendo más valorados, aunque sigue siendo un camino difícil. Esta misma semana se ha anunciado el fallo del jurado de Generaciones 2019. ¿Qué opinas de los artistas seleccionados de esta última edición?

Me alegra mucho conocer a dos de las personas premiadas en Generaciones 2019: Saelia Aparicio y Ana Barriga. No conozco el trabajo de los otros seis artistas premiados, pero para eso es también este certamen, para descubrir nuevos nombres dentro del arte joven español.

¿Qué otras propuestas crees que son necesarias para impulsar a los artistas jóvenes?

Creo que se debería invertir más en la formación y en la movilidad al exterior mediante becas de estudios artísticos en el extranjero. Actualmente hay muchas becas de residencia, pero suelen estar destinadas a periodos cortos. Hay que hacer apuestas a más largo plazo y más continuas.

Has contado en alguna ocasión que te interesa reciclar tu obra para volver a trabajar sobre ella, y una vez modificada, exponerla de nuevo. ¿Podría decirse que nunca percibes tu obra como terminada?

Muchas de mis piezas están dentro de un sistema de transformación. Me interesa mostrarlas es un estado, en un tiempo detenido dentro de su proceso. Si vuelven al estudio, pueden estar sujetas al cambio; y es que todo en la vida está sujeto al cambio. Pensar en las cosas eternas o íntegras es algo obsoleto.

En tu obra predominan mucho los colores vivos, superpones las capas de pintura hasta crear una escultura que no requiere soporte y la manipulas hasta realizar una instalación. Tu técnica es un híbrido entre estas tres disciplinas, ¿con cuál te sientes más cómodo?

Me siento cómodo trabajando con la idea de frontera. En la frontera es donde se mezclan los lenguajes, se disipan las diferencias, se une lo “uno” con lo “otro”. La frontera es un espacio que genera más preguntas que respuestas. Esa es la idea de pintura que persigo.

Para terminar, ¿en qué momento crees que está el arte contemporáneo actualmente?

Es muy distinto si hablamos del arte contemporáneo de manera global o de arte contemporáneo en España. En el extranjero es un trabajo, mientras aquí todavía se sigue relacionando con palabras como hobby, entretenimiento o segunda opción a otro trabajo principal. La sociedad no nos incluye dentro de la escala laboral.