En un mundo de prisas como norma general, ruido como banda sonora y pantallas como paisaje, hay proyectos que nos hacen parar un momento y ver que otra forma de vivir es posible. Es el caso de Germinando, nuestras protagonistas del mes de abril: un proyecto agroecológico formado por mujeres pioneras en huertos ecológicos, jardines comestibles y agroecología. Nos ayudaron a poner en pie #HuertosMontemadrid hace unos años y, a día de hoy, siguen muy vinculadas a nuestros Centros a través de talleres y huertos educativos. Su labor en los barrios, enseñando a las comunidades de vecinos a crear y mantener espacios verdes, ha sido fundamental a la hora de concienciar a la sociedad sobre la importancia de construir entre todos ciudades sostenibles y adquirir hábitos de vida saludables y respetuosos con el medioambiente. Hablamos con ellas para conocer más sobre su labor y dar un paso por un futuro más ecológico.
Sois una cooperativa precursora en agricultura ecológica y huertos de ocio. ¿De dónde surge este proyecto?
La cooperativa dio salida a varias necesidades; entre ellas, la más importante fue crear un espacio para el desarrollo profesional con unas condiciones de trabajo dignas y desde el que intentar transformar la sociedad y el entorno a través de los huertos.
Vuestra base está en Lavapiés, Madrid, ¿cómo se involucra el barrio a la hora de concienciar sobre la importancia de los huertos urbanos?
Involucrarnos en el entorno como vecinas y como empresa es poner nuestro granito de arena para mantener los barrios vivos para la gente que los habita. Participar en el huerto del barrio es una manera de mantener los espacios públicos, que pueden estar amenazados por empresas de ciertos sectores, pero que son en realidad los que nos hacen ser personas que habitan esta ciudad, nos hacen ser ciudadanía.
¿Por qué es importante introducir la agricultura ecológica en entornos urbanos?
Aprender a cultivar es revolucionario, comprender los ciclos y los ritmos de la naturaleza nos acerca a la soberanía y nos hace ver las consecuencias ambientales, económicas, sociales y en nuestra salud del sistema alimentario actual. Las ciudades son un sumidero de materia y energía que descuida el entorno de donde se extrae. Producir alimentos en la ciudad, por lo tanto, es poner esta lógica sobre la mesa y darle la vuelta.
Vosotras fuisteis precursoras en horticultura ecológica. ¿Cómo era el Madrid que os encontrasteis cuando empezasteis a trabajar en este ámbito? ¿Qué ha cambiado en este tiempo?
La agricultura urbana era un tema muy desconocido y nos costó trabajo avanzar y demostrar que es una herramienta muy útil para trabajar temas de soberanía alimentaria, ecología, salud, territorio, feminismo, integración social de la diversidad… Para nosotras fue muy bonito ver crecer el interés y la necesidad de aprender a cultivar y poder hablar de ello en espacios formales a través de nuestros cursos, donde acudían gente de muy diferente perfil. Ahora nos llaman para montar huertos para eventos, para oficinas, para restaurantes, para colegios o asociaciones de vecinos y sentimos que vamos plantando semillas de conciencia cada vez que montamos uno.
Vuestro trabajo ha sido muy importante para el desarrollo del proyecto #HuertosMontemadrid. ¿Cómo ha sido esta experiencia?
Nuestra participación en este proyecto fue una oportunidad para desarrollar nuestros conocimientos y al mismo tiempo un aprendizaje gracias a las personas que en él participaron. Siempre será un proyecto con el que estamos muy vinculadas.
En #HuertosMontemadrid se imparten talleres pedagógicos, de los que también participan los alumnos del centro de educación inclusiva Ponce de León al que destina sus beneficios. ¿Qué crees que aportan los huertos educativos a la formación de un niño?
Los huertos educativos son una herramienta que facilita el aprendizaje en materias curriculares como lengua, matemáticas… y también sirve para cohesionar y mejorar las relaciones grupales. Tanto para los alumnos como para cualquier usuaria de un huerto, el contacto con la tierra es terapéutico y disminuye el estrés del día a día.
Tenéis actividades para todos los públicos como las que realizáis en La Casa Encendida y otros centros. ¿Qué programa proponéis este curso?
A través de La Casa Encendida realizamos los cursos de Cultiva en tu ciudad, cultiva tu ciudad, y el curso de Huertos educativos. El primero va destinado a todas las personas que quieran aprender a montar y cuidar un huerto, y en el segundo se trabaja más el diseño de actividades enfocadas a alumnos de centros educativos.
El calendario #GenteMontemadrid de este año está íntegramente compuesto por mujeres. ¿Cómo ha sido formar una cooperativa de mujeres?
Somos una cooperativa de mujeres trabajando en un sector masculinizado y esto ha significado un trabajo doble, ya que además de la realización de las tareas en sí mismas, se ha trabajado para visibilizar a jardineras, agricultoras y técnicas agroecológicas y se ha realizado un trabajo interno de empoderamiento en el equipo.
¿Qué creéis que es necesario para dar un paso más en la concienciación hacia un mundo sostenible?
Ya nadie duda de la crisis ambiental que vivimos y es una cuestión de urgencia cambiar a nivel personal y colectivo. Por ello, es necesario que se integren el trabajo de las instituciones para hacer leyes y aplicarlas, que las empresas, como motores de economía, asuman otras formas de producir más sostenibles y que las personas cambiemos los hábitos de consumo para producir un cambio real y rápido que favorezca el cuidado ambiental del Planeta y por tanto de las personas que vivimos en él.
Si estás interesado en tener tu propio huerto, desde Fundación Montemadrid ponemos a tu disposición los #HuertosMontemadrid. Sólo tienes que elegir el terreno que quieres alquilar y empezar a cultivar. También puedes acudir a las actividades y talleres que ofrecemos y comenzar a vivir de una manera más sostenible. Consulta toda la información necesaria en huertosmontemadrid.es. ¡Nos vemos entre verduras ecológicas!