El Ponce de León, escuela destacada en la Guía de Buenas Prácticas sobre Alimentación

Cada aula, patio o sala del Centro Educativo Ponce de León procura ser un espacio pedagógico, incluido el comedor. Porque la alimentación, además de estar ligada a la promoción de un estilo de vida sano y saludable, tiene también un potencial educativo inmenso desde el punto social y agroecológico.

Desde 2017, el centro está haciendo la transición hacia un comedor sostenible y saludable en el que se cuida minuciosamente el menú, la procedencia de los alimentos y su origen. Para ello, incorporan productos ecológicos y de temporada, producciones de proximidad, más vegetales, pescados de calidad y menos alimentos de origen animal.

Alineados con otros centros escolares y asociaciones que se preocupan por esta realidad, la experiencia del Ponce de León ha sido destacada en la Guía de Buenas Prácticas sobre Alimentación y Estilos de Vida Saludables y Sostenibles en la EscuelaGuía de Buenas Practicas_Ashoka_AeC, realizada por Ashoka y Danone.

La guía es el resultado de un mapeo que se llevó a cabo con 86 escuelas de cinco Comunidades Autónomas, con estudiantes de entre 6 y 12 años. Una iniciativa cuyo objetivo es investigar, compartir y escalar innovaciones sociales que potencien los hábitos de alimentación sanos y sostenibles en el contexto escolar.

Entre sus conclusiones, el documento destaca que «se debe fomentar un aprendizaje que establezca un diálogo constante entre la escuela y la familia, que permita que todo el conocimiento adquirido salga de las aulas y se traslade a la sociedad, para convertirse en una palanca de cambio sistémico».

Otro de los apuntes, hace hincapié en la necesidad de una intervención permanente para que los programas sean constantes a lo largo del ciclo educativo y del trabajo transversal, de manera que el tema de hábitos alimentarios y estilo de vida sea tratado junto a temáticas íntimamente relacionadas como la salud, el medioambiente, la sostenibilidad o la economía.

En ese sentido, la Guía destaca al Ponce de León como un referente en la integración de personas con necesidades educativas especiales, especialmente discapacidades auditivas y alteraciones del lenguaje. Entienden los buenos hábitos alimentarios como la base de un buen desarrollo personal, físico y mental. Están impulsando una transición hacia un comedor más saludable y sostenible y creen que el cambio no tiene que ser solo en el comedor, sino trascender a todos los ámbitos del centro educativo.