Ni Alicia cruzando el laberinto, ni Caperucita Roja, ni siquiera Rapunzel, la nueva protagonista de cuento que está en boca de todos es Dulce. Dulce es una niña con orejas de mariposa que descubre del mundo con sus manos y con una varita mágica. La historia de esta pequeña sordociega y cómo se relaciona con el mundo está contada en el libro «Una Varita Mágica para Dulce», un proyecto editorial de la Asociación de Sordociegos de España (ASOCIDE) en el que desde Fundación hemos tenido la suerte de colaborar a través de nuestra Convocatoria de Acción Social.
El libro ha sido ilustrado y escrito por María J. Cuesta y tiene también una edición en braille para hacerlo accesible a todas las personas. Para conocer más a Dulce y su mundo, hemos hecho una entrevista a María que nos ha contado algunas curiosidades y secretos del libro.
1. ¿Cómo surgió la colaboración con ASOCIDE? ¿Tienes algún vínculo con las personas sordociegas o ha sido tu primera vez?
Conocí a Rosana Rodrigo en la cafetería de la ONCE en la calle Prim 3. Fue un momento caótico muy divertido. Estaba comiendo con mi amigo Mariano Fresnillo, también escritor, cuando se acercó Rosana. Los perros guía de Rosana y Mariano ya se conocían de la escuela de perros guía y se pusieron muy contentos. Entonces comenzó un caos de colas moviendo mesas, copas de bebidas cayendo, y muchas risas.
Nunca antes había conocido a una persona sordociega, y Mariano como es ciego no podía verla. Así que fue un momento de aprendizaje. Rosana me empezó a escribir letras en la palma de la mano y así nos entendimos. Me pareció una persona muy especial y quedamos otro día para charlar. Esta vez, la acompañó una guía intérprete y la comunicación fue mucho más fácil. Unos meses después, Rosana quería lanzar una campaña de sensibilización sobre la sordoceguera y pensó que un libro infantil podía ser una buena opción. Así nació todo.
2. Eres escritora e ilustradora de Una Varita Mágica para Dulce, ¿Cómo planteaste la historia? ¿Y cómo fue el proceso de documentación antes de escribir?
En este libro la documentación ha sido muy personal. Tuve varias conversaciones con Rosana, en las que ella me contó su historia, su vida día a día, sus miedos, sus angustias, y sus momentos felices. También aprendí mucho de otros sordociegos que conocí en los meses que ha durado el proyecto, como Marina, Carlos, César, Paloma y muchos otros. También me documenté un poquito en internet, pero sobre todo me he basado en lo que he conocido de ellos y en especial de Rosana. El libro está dedicado a ella, y así, la primera página dice: “A Rosana, la dulce musa.”
3. ¿Nos cuentas alguna anécdota que te haya ocurrido durante la creación o promoción del libro?
Hay cientos de anécdotas. Creo que nunca antes un libro me había traído tantas. Empezó con la anécdota caótica cuando conocí a Rosana. Pero podría hablarte del día que me puse gafas negras y tapones en los oídos e intenté salir del despacho de ASOCIDE y apenas conseguí llegar al pasillo. O de mis grandes meteduras de pata por mi desconocimiento de lengua de signos, aunque voy aprendiendo. O el día que una mujer sordociega me dijo que hacía mucho que no lloraba, y que la historia de Dulce le había hecho llorar porque le había tocado el alma. Y una niña de cuatro años, sin discapacidad, que le pidió a su mamá que ella quería tener orejas de mariposa…
También de los muchos mensajes que he recibido de gente que ha visto los carteles de Dulce en los autobuses de la EMT. Me hace muchísima ilusión recibir fotos de los carteles porque sé que el mensaje está llegando a mucha gente. He pasado momentos muy entrañables y otros muy divertidos. Para mí, este libro está siendo una experiencia muy humana, quería que Dulce tocase muchos corazones y me está retornando multiplicado.
4. El libro tiene como misión acercar al colectivo sordociego a la sociedad, pero también es una historia que puede inspirar a muchos niños que se sientan identificados con Dulce, ¿no?
Nos gustaría que Dulce, con sus orejas de mariposa y gran corazón, llegase a tocar muchos corazones. Ojalá que gracias a Dulce, los bastones rojos y blancos se hagan visibles (porque no se ve lo que no se conoce) y la gente ofrezca ayuda a las personas sordociegas en la calle, en las tiendas, o en cualquier lugar. Por lo demás, Dulce es una niña normal que hace cosas muy normales, así que esperamos que cualquier niño o adulto, con capacidades diferentes o sin ellas, disfrute de su historia y se pueda inspirar con sus manos mágicas y su gran corazón. El libro presenta la ceguera, la sordera y la sordoceguera como capacidades especiales, que poseen personas como tú y como yo, y que espero que ayuden a los niños a acercarse a estos colectivos en igualdad y con naturalidad.
5. En ese sentido, además de la edición habitual, habéis hecho también una edición en braille del texto y de las ilustraciones, ¿habías pensado alguna vez que tus ilustraciones se mostrarían en braille?
Desde el principio se planteó que habría una versión en braille del cuento. El día que presentamos la primera maqueta del cuento en tinta a FASOCIDE, les gustó mucho la historia. Pero los que tenían resto de visión repetían que las ilustraciones eran preciosas. Así que los que no veían nada, pedían con insistencia que se las describieran. Fue un momento muy bonito porque a todo el mundo le gustaba el cuento, pero una sensación un poco agridulce porque no estábamos llegando por completo a aquellos que precisamente se sentían más identificados con Dulce. Así que al salir de esa reunión, Carol, una de las guías intérpretes, me propuso hacer las ilustraciones en braille.
Ninguna de las dos habíamos visto algo así antes, pero decidimos probar. Hicimos muchas pruebas y muchos ajustes. Necesitábamos que los dibujos fueran lo suficientemente simples para que fueran comprensibles al tacto en braille. No fue fácil, pero al final lo conseguimos. Recuerdo momentos muy emocionantes, de los que te ponen los pelos de punta y un nudo en la garganta viendo a algunos sordociegos disfrutando de las ilustraciones y luego expresando cuánto les gustaban y lo que habían percibido.
6. Has renunciado a los derechos del libro y las ilustraciones, ¿a dónde va destinado lo obtenido por la venta?
Más que una renuncia ha sido un regalo a ASOCIDE y a Rosana. Cuando me planteó la posibilidad de hacer un cuento, sabía que para ella era importante porque podría usarlo en las sesiones de cuentacuentos y de sensibilización en colegios, y a mi me hacía muchísima ilusión hacer un proyecto con ella, para ella.
Es difícil saber si el libro pudiera haberse hecho realidad si yo no lo hubiese hecho de forma solidaria, pero intuyo que no. Por fortuna se alinearon las estrellas, porque yo tenía reservadas esas semanas para otro proyecto que no salió adelante, y pude dedicar tiempo a Dulce. Creímos que el libro podía ayudar a mucha gente, así que canalizarlo a través de ASOCIDE y FASOCIDE era la mejor opción para asegurar que llegase a todos los rincones. Por eso todos los beneficios obtenidos con la venta de los libros van íntegramente a ASOCIDE, que los destinará a poner más recursos para mejorar la calidad de vida de las personas sordociegas.
El libro ‘Una Varita Mágica para Dulce’ está disponible en la web de Asocide. Hazte con el tuyo y ¡colabora con la sordoceguera!