El joven emprendedor Juan Merodio desvela los secretos del marketing online

Juan Merodio, emprendedor
Foto: Juan Merodio

Es un autodidacta incansable y un emprendedor nato, pero, además, uno de los principales expertos en España en Web 2.0. Se llama Juan Merodio (1980) y hoy es actualidad porque quiere que nos enteremos de que la información que compartimos en las redes sociales puede transformarse en pasto para posteriores campañas de marketing y publicidad.

Y debe de ser cierto. En mi perfil de Facebook aparecen cookies, casualmente, de productos que yo compraría y sin haber siquiera dado un me gusta en una página que tenga que ver con ellos. No quiero imaginarme la gente que pincha en me gusta en decenas y decenas de páginas fan. Quizás por eso Merodio afirma que:

Parece ser algo así como si Internet fuera como un Gran Hermano, lo que ocurre es que en lugar de cámaras hay cookies y resulta que no somos conscientes del rastro personal que terceros tienen de nosotros a través de nuestro comportamiento digital.

Merodio, que además es ponente habitual en congresos de prestigio internacional y profesor en escuelas de negocio y universidades, sostiene que las búsquedas que hacemos en la red dan un montón de información a las empresas. Tanta que, por lo visto, les facilita sobremanera la segmentación de perfiles a quienes dirigir sus campañas. Y ‘palabro’ nuevo, a esta información que inconscientemente damos a través de la web se denomina ‘behavioural targeting’ o  publicidad por comportamiento. Todo un descubrimiento que, ciertamente, tiene su lógica.

Y es que verdaderamente no somos conscientes del rastro personal que terceros tienen de nosotros a través de nuestro comportamiento digital. Tal y como comenta Juan Merodio, una de las voces de nuestro país en Redes Sociales, Web 2.0 y marketing online:

En muchas ocasiones ignoramos que con la información que compartimos nos convertimos en altavoces de nosotros mismos.

Sabiendo esto es el sentido común el que debe ayudarnos a elegir si lo que compartimos es excesivo o no. Asi, parece ser que FB permite que los usuarios hablemos de nuestras tendencias políticas o religiosas, de si estamos bien de salud o de cuándo fue nuestro primer beso y, luego, esos datos sirven para elaborar perfiles que serán objetivos de acciones de mercadotecnia.

A mí lo que me interesa es saber cómo estas cookies o algoritmos funcionan y para explicarlo este gurú del 2.0 nos da cuenta de ello. Si, por lo visto, hemos estado buscando información de vuelos, hoteles, excursiones a San Francisco, estas cookies mandan la información. Así, no debe sorprendernos que en días posteriores nos llegue información sobre hoteles, agencias de viajes, excursiones o temáticas relacionadas con San Francisco, te interesará y podrás hacer clic en los anuncios.

Ante este tipo de actuaciones por nuestra parte y por parte de las empresas lo mejor es aplicar la lógica y guardar cierto recelo a la hora de mostrarnos y no hacerlo al cien por cien. De hecho, nuestro emprendedor de hoy dice que lo suyo es aplicar una receta sencilla:

No digas nunca en redes sociales aquello que no dirías nunca en alto en cualquier sitio público donde hay gente que no conoces.

Por lo tanto, es mejor no descubrir opiniones políticas o religiosas. Y, como para casi todo en la vida, aplicar el sentido común y evitar temas delicados para que en otra ocasión no se vuelvan en nuestra contra. Es decir, lo mejor es tener cierta cautela y apoyo eso de no desnudarse, pero no se puede demonizar Internet o las redes sociales, fuente de nuestra comunicación, puente entre la lejanía, descubriento inmenso que nos conecta con los demás y con nosotros mismos.