Ojo: Mercurio en los hospitales

Los hospitales en todo el mundo son una de las principales fuentes de contaminación por mercurio, según un estudio realizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Con este post no queremos asustar a nadie, porque por tener un termómetro en casa no pasa nada, pero no es un secreto para nadie que el mercurio es tóxico, en particular cuando se metaboliza para formar mercurio de metilo. Puede llegar a ser mortal por inhalación y perjudicial por absorción cutánea. Además, alrededor del 80% de su vapor inhalado pasa a la sangre a través de los pulmones.

Puede tener efectos perjudiciales en los sistemas nervioso, digestivo, respiratorio e inmunitario y en los riñones, además de provocar daños pulmonares. La sustancia sin color y olor esta presente en los desechos hospitalarios, en los termómetros y en las amalgamas con las que los dentistas cubren las caries.

Algunos de los efectos adversos de la exposición al mercurio para la salud pueden ser los siguientes: temblores, trastornos de la visión y la audición, parálisis, insomnio, inestabilidad emocional, deficiencia del crecimiento durante el desarrollo fetal y problemas de concentración y retraso en el desarrollo durante la infancia.

Pocos países presentan medidas de cuánto mercurio vierten al medio ambiente, pero la ciudad de Ontario en Canadá  ha dado a conocer que en diciembre del año 2002, las emisiones de los incineradores eran la cuarta fuente más importante de mercurio y que más de un tercio de la carga de mercurio en las aguas residuales se debe a las amalgamas de la práctica dental.

Por lo pronto países como Argentina han mandado a retirar de sus hospitales los termómetros que tengan esta sustancia para medir la temperatura.