Entrevistamos a la escritora María Belén Blasco, afectada de ataxia de Friedreich

Foto: web de María Blasco
Foto: web de María Blasco

Hoy es el Día Internacional de las Personas con discapacidad (3 de diciembre). Por eso mismo, os queríamos dejar con el testimonio de una mujer que, pese a su enfermedad, la ataxia de Friedreich, no se deja vencer y tiene mucho que decir.

Se llama María Belén Blasco y acaba de escribir su primera novela, ‘Bosquejando recuerdos’. Su reto: dejar testimonio de la evolución de los pueblos de España a través de un ejemplo concreto, Larrasoaña, en Navarra. No será su última obra. Ya está trabajando en un poemario que ilustrará la pintora Marisa Ortega. Su enfermedad, de carácter degenerativo, no la arredra. Y ganas le sobran.

Su primer libro a los 36 años. ¿Demasiado pronto, demasiado tarde o en su justo momento?

Depende de la finalidad del proyecto; quizás un poco tarde si se persiguiera el tener un número importante de obras publicadas; demasiado pronto, si se atiende a la perfección de la obra, que siempre podría mejorarse; sin embargo, estoy convencida de que lo publiqué en su justo momento porque la época en la que lo escribí fue cuando disponía de tiempo libre y ganas para realizarlo.

También la evolución de la ataxia tuvo bastante que ver a la hora de apresurarme para terminar la narración, porque quería ver publicado el libro que yo, sin ninguna ayuda, había podido concluir.

Cuénteme un poco los entresijos del libro: cómo surge la idea, cuánto tiempo le llevo concluirlo, el porqué del título…

En uno de mis paseos por el pueblo, Larrasoaña, fui consciente de cómo había cambiado físicamente y quise que las generaciones futuras conocieran cómo había sido durante el siglo XX. En especial, los años en los que yo viví mi infancia. Después, reflexionando sobre esto, me di cuenta de que los cambios no habían sido meramente físicos, sino que la sociedad rural había variado por completo en mi pueblo y en todos los demás, por eso se creó en mi mente ese proyecto.

Durante dos años estuve recogiendo información y moldeando la forma en la que podía ejecutar mi narración, y comencé a escribir. En verdad, esa tarea fue muy costosa para mí, puesto que debido, a la enfermedad que padezco, ataxia de Friederich, tecleo muy despacio y, además, me canso enseguida. En la fase final del libro utilicé un programa que convertía mi voz en texto, pero también tenía mis inconvenientes porque, debido a la dichosa ataxia, no pronuncio muy claro (mi voz se distorsiona un tanto); además, también me fatigaba así que continuamente tenía que corregir los fallos porque el programa no identificaba bien mis palabras.

Por fin, después de tres años di la obra por terminada y comencé a realizar el diseño de la portada, que también hice personalmente. El título resume lo que estaba acometiendo, plasmar la imagen que de la sociedad de Larrasoaña tenían los niños. Era como intentar hacer un cuadro impresionista a base de recuerdos vagos, de ahí lo de bosquejando porque los recuerdos son esbozos de una realidad.

De todos los personajes que aparecen en él, ¿con cuál se siente más identificada y por qué?

Me siento más identificada conmigo y el resto de los niños de aquella época. El relato está contado a modo de autobiografía pero restando importancia al narrador, o sea, que en verdad podría hablarse de un personaje colectivo.

Con la publicación de este libro, usted ha cumplido uno de sus grandes sueños. ¿Por qué quería publicar una novela?

Mi sueño no era sólo publicar esa novela, sino comenzar mi carrera de escritora. El primer libro, cómo no, ha sido muy emotivo y especial para mí, pero no quiero que éste sea el último. De hecho, ya estoy preparando el segundo, aunque esta vez será un poemario, el cual elaboro con las pinturas de Marisa Ortega.

¿Qué otros sueños quedan pendientes?

… ¡Un montón! Soy una mujer muy soñadora que siempre tiene algún proyecto en mente. El primero, promocionar mis libros, porque el trabajo de una escritora (cuando no se cuenta con una editorial que le respalde) no termina con la publicación sino que tiene que darse a conocer entre los medios de comunicación y los lectores algo que, sinceramente, no es una tarea sencilla. Un sueño que tengo desde hace muchísimos años es viajar a Sudamérica, aunque esto nada tenga que ver con la escritura.

¿Qué autores son sus favoritos?

De novelistas me gusta mucho Isabel Allende, Carlos Ruiz Zafón, Gabriel García Márquez, Bárbara Wood… De poesía Lorca, Neruda, Antonio Machado, Manrique, Quevedo, romanceros populares…

A su juicio, como persona con discapacidad, ¿cuál es el mayor avance de que ha gozado el colectivo en los últimos años?

Para mí, es la silla de ruedas eléctrica, porque con ella gozas de más independencia y te permite realizar una vida más normalizada, siendo capaz de pasear sola, acudir a diferentes sitios… aunque claro, es normal que mencione algo que utilice yo con mi discapacidad, un ciego dirá una cosa, un sordo otra…

¿Qué es lo mejor y lo peor de la ataxia de Fiedreich?

Parecerá mentira pero siempre he creído que gozo de una ventaja sobre otras personas que no tienen una discapacidad física (aunque no sea ataxia) y es que veo la realidad desde un punto de vista diferente y, a mi modo de ver, más profundo e intenso. A veces, observo la superficialidad y materialismo de mucha gente, y me apena; por eso me siento privilegiada de ser como soy. Otra cosa buena de la enfermedad respecto a otras es que no afecta al cerebro y, aunque tengas problemas físicos, siempre puedes intentar camuflarlos con tu inteligencia, dedicándote a otras labores que sean mentales y no físicas.

Lo peor es ser testigo de cómo las funciones vitales van empeorando poco a poco sin esperanza de curación por el momento. Es como envejecer en muy pocos años y pensar que en poco tiempo (porque esta enfermedad es degenerativa sin ningún tipo de freno) ya no vas a poder realizar algunas cosas que en el presente aunque, con dificultades, las haces.

¿Puede adelantarme algo más del cancionero que prepara junto a Marisa Ortega?

Se titula “Canciones del alma” y estoy entusiasmada con él porque acompañan a los poemas obras de Marisa Ortega, pintora bilbaína. Me está quedando precioso, pero como la edición y publicación será costosa, estoy buscando patrocinadores que me ayuden con este proyecto. Lo único que espero de él es que tenga una buena acogida y sea leído.

Calificaría mi poesía como sincera, melancólica en algunos casos, pero satírica y burlesca en otros, musical, sentimental, colorista e inevitablemente femenina. Sin embargo, he perseguido que todos, sin discriminar a ningún sexo, se identifiquen o disfruten con los poemas, por eso hay una gran variedad de temas y el ‘yo poético’ cambia de género: unas veces es hombre y otras, mujer, en pos de la universalidad.

Más información:
www.mariablasco.com.es