
¿Te gusta viajar a países lejanos y tienes esa vena solidaria de la que no puedes prescindir? ¿Tienes unos ahorrillos para este verano y puedes y quieres comprometerte con un proyecto humano o relacionado con el medio ambiente?
Pues si es así, personas como tú son las que está buscando la ONG ‘Solidaridad internacional’, ya que ofrece la oportunidad a aquel que lo desee de conocer de primera mano un proyecto de cooperación al desarrollo en uno de los países en los que trabaja. ¡Toda una aventura solidaria!
Este verano, si te decides, podrás formar parte de las ‘Vacaciones Solidarias’ de Solidaridad Internacional. Los destinos elegidos para esta edición son Guatemala, Perú, Bolivia, Ecuador y los campamentos saharauis, todos ellos un formidable puente para conocer otras realidades.
Parece mentira que este proyecto lleve ya más de una década desde la primera vez que lo escuché y, aún más increíble, que más de mil personas hayan participado en él y se hayan nutrido con una experiencia tan enriquecedora. Como apunta Victoria Salazar, de la ONG Solidaridad Internacional:
«El cooperante recibe más que aquel que recibe la ayuda ‘in situ’ y, normalmente, vuelve lleno de ganas y termina, de ‘motu propio’, colaborando desde su país de origen en este gran sueño que es la cooperación internacional”.
De hecho, el principal objetivo de la organización es lograr sensibilizar a personas de la sociedad en general y en especial aquellos interesados en la cooperación al desarrollo, sobre la realidad que se vive en otros países. Del mismo modo, se intenta facilitar una mejor comprensión de las causas de la desigualdad y sus posibles soluciones.
Todo voluntario que quiera inscribirse en este programa ha de disponer de tres o cuatro semanas, ya que es lo que durará su estancia en el país elegido para colaborar en actividades de proyectos de cooperación que ya están en marcha. El propósito es conocer, trabajar e intercambiar con las comunidades en las que se trabaje para la construcción de su propio desarrollo.
El ‘Programa de Vacaciones Solidarias’ responde a las posibilidades reales que cada año existen en cada país y proyecto, tales como condiciones de seguridad, salubridad, transporte, habitación, así como la posibilidad de participar en actividades del proyecto.
“Una vez allí, los y las cooperantes de Solidaridad Internacional, junto con el personal de las ONG locales con las que trabajamos en cada país, coordinan la estancia de los voluntarios”, apunta Salazar.
Y es que es cierto que una experiencia como ésta no puede dejar indiferente a nadie y no me extraña que el voluntario, que en principio buscaba una aventura y ayudar al prójimo durante casi un mes, termine comprometiéndose cuando vuelve con el cambio social.
De hecho, como concluye la profesional de ‘Solidaridad Internacional’:
“A su vuelta, la gran mayoría de los que han participado en el programa se involucran en acciones de voluntariado orientado a la promoción de valores y actitudes para lograr condiciones de igualdad para todos, basándose en criterios de justicia, paz, equidad, democracia, participación y solidaridad”.
¡Qué aventura! Si dispusiera del un presupuesto más amplio este verano… no dudaría en apuntarme a estas vacaciones solidarias. No me cabe duda, vendría llena, consciente de la desigualdad, avocada a seguir a mi corazón comprometido, de una vez por otras, para arrojarme a un bien mayor.