Vacacaciones de acogida: un sueño para los saharauis

Bienvenido al Sáhara. Sesenta grados centígrados en un desierto que asola con sus altas tempertaturas los campamentos de miles de saharauis refugiados. En esas viviendas, donde lo poco que tienen viene de la ayuda internacional, muchos niños van a la escuela, juegan y tratan de hacer vida normal.

Los niños saharauis no saben lo que es tener un país. Hace 29 años sus familias tuvieron que huir de sus tierras, el Sahara occidental, cuando tras el abandono de España de la zona, Marruecos y Mauritania la invadieron y la hicieron suya. Desde entonces sobreviven en campamentos en la región argelina del Tindufy.

Esta es la situación en la que se encuentran miles de niños saharauis, que a pesar de todo viven en la esperanza porque saben que si sacan buenas notas en el colegio, tendrán la oportunidad de irse a España de vacaciones dos meses en verano y uno en navidad.

Los que ya han venido saben que se podrán bañar en la piscina o en el mar, irán al médico y tendrán padres y hermanos de acogida que les darán mucho cariño. Mercedes González, coordinadora del programa «Vacaciones en Paz», de la Asociación Amigos del Pueblo Saharaui de Madrid sabe mucho del tema:

Los niños disfrutan muchísimo, son muy felices, y se lo contagian a sus padres de acogida. Un dato curioso es que muchas veces tenemos más padres dispuestos que niños disponibles. Esto es porque desgraciadamente dependemos del número de niños que sean capaces de trasladar las compañías aéreas argelinas a España. Es triste porque podríamos acoger a muchos más

Sólo con este programa, concebido por esta Asociación, de unos 8.500 niños saharauis vienen a pasar sus vacaciones a España.

El sistema de acogida es sencillo: los interesados, que no tienen por qué ser sólo familias con hijos, reciben charlas informativas desde el mes de febrero sobre la situación y las necesidades de los niños, y si siguen adelante con el proceso, pasan unos test psicotécnicos, y pasan varias veces por la asociación para estar bien informados y preparados para dar a esos niños los mejores cuidados.