Cuando se acercan las vacaciones y estamos todos pendientes del calendario y de elegir el destino más exótico, diferente o relajante que nos permita el bolsillo. Pero existen otras opciones en las que, además de conocer otra cultura, podemos conseguir que personas que no tienen nada sean un poco más felices.
Se me ocurren por ejemplo los cursos de Cooperación sobre el terreno que todos los años organiza la Asamblea de cooperación por la Paz (ACPP), en los que te enseñan sobre el terreno a implementar un proyecto de cooperación al desarrollo: Senegal, Guatemala, el Salvador, Marruecos… un montón de opciones donde sentirse útil y aprender de verdad a empezar desde cero un proyecto de cooperación.
O los campos de trabajo que organizan en CERAI, que te permiten irte a algún país del Magreb a rehabilitar barrios, edificios emblemáticos o a acudir a charlas sobre salud, higiene, ayudas, clases de música tradicional… qué mejor manera de adentrarse en otra cultura apoyando con tu trabajo sus necesidades.
O los campamentos de verano de Cáritas, que te acercan a ayudar a niños que viven situaciones familiares o personales complicadas y que no tendrían con quién pasar el verano.
Estos son solo algunos de las actividades solidarias que nos podemos proponer si este año decidimos hacer algo diferente.