Más horas de sueño, menos fracaso escolar

Un estudio realizado por la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (Sepeap) señala que atrasar una hora la entrada al colegio o instituto ayudaría a combatir la somnolencia diurna en escolares y además reduciría el fracaso escolar en el aula.

El trabajo titulado «Los trastornos del sueño desde la perspectiva de los pediatras de Atención Primaria» advierte de que los horarios escolares no se ajustan a las necesidades biológicas de muchos niños.

Gonzalo Pin, de la Sepeap, comenta que:

«A los pequeños se les impide dormir la siesta, cuando lo
necesitan, y a los adolescentes se les obliga a madrugar con un sueño insuficiente y con una somnolencia diurna habitual que propicia el fracaso escolar».

Pin, coordinador del grupo de Trastornos del Sueño de la Sepeap, considera que el momento más propicio para el aprendizaje es entre las 11 y 12 horas de la mañana y las cuatro de la tarde, y recordó que países como Estados Unidos ya han retrasado la entrada a la escuela, constatando reducciones en índices de fracaso y conflictividad.

El experto reconoce que trasladar esta iniciativa a España sería «costoso» (podría generar problemas de conciliación en los padres, por ejemplo), pero cree «importante» tener en cuenta esta posibilidad a la hora de diseñar el currículum escolar.

El estudio que han llevado a cabo la Sepeap y la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (Aepap) en la Comunidad Valenciana revela que el 30% de los niños menores de cinco años presentan problemas o alteraciones del sueño.

Además, del 20 al 40% de los pequeños de seis meses a siete años se despiertan durante la noche y necesitan ayuda para volverse a dormir, el 52,8% de los adolescentes de 14-15 años de edad acuden a clase habiendo dormido menos de ocho horas, y menos de la mitad de los niños de seis a 12 meses de edad se duermen de manera autónoma.

Otro dato destacable es que el 13% de los pequeños de entre seis y ocho años deciden por sí mismos cuándo irse a la cama, y que cerca del 50% de los chicos y chicas de 12 a 15 años siguen yendo a dormir con algún «objeto transicional» como ositos de peluche.

Estos médicos apuestan por recuperar la siesta para los más pequeños. Según explicaron, un 16% de los niños de 24 a 36 meses de edad ya no recurren a este hábito, un 80% realizaban sólo una siesta al día y un 4% realizan dos diarias.

Además, consideran fundamental atajar estos problemas desde las consultas de Atención Primaria porque, en algunos casos, puede derivar en episodios de depresión en la madre y porque «estos problemas suelen ser estables a lo largo de toda la infancia».