Hasta ahora, por más que habláramos a una planta, no nos respondía. Pero esto puede cambiar gracias a un sensor que comienzan a comercializar en el oeste de Estados Unidos. El agricultor del futuro podría recibir más correos electrónicos de sus cultivos que de su familia y amigos.
«Es similar a un pendiente, muy delgado y más pequeño que un sello de correos, y se adhiere a la hoja de la planta» explica el Presidente de AgriHouse, la empresa que comercializa la tecnología.
Por medio de este sensor, el agricultor puede llegar a recibir un mensaje en su móvil de la necesidad de agua que tiene la planta.
Para las zonas húmedas que reciben lluvias abundantes y regulares no tiene por qué ser útil o económico. Sin embargo en zonas secas y calurosas o en lugares donde el agua de riego provenga de acuíferos subterráneos, la gestión del agua y también del consumo electrico que abastece a las bombas de extracción de agua, puede significar el ahorro de cientos de miles de dólares cada año.
Esta tecnología fue desarrollada hace años por científicos de la NASA, con vistas a las futuras misiones tripuladas a la Luna y Marte. Las ventajas evidentes de llevar plantas residía en la eliminación de residuos gaseosos como el dióxido de carbono, la producción de oxígeno respirable y también la posibilidad de utilizarlas como alimentos. Pero como todo en lo relativo a los viajes espaciales, la cantidad de tiempo y materiales necesarios para cultivar vegetales debía reducirse al mínimo. Y de esta necesidad surgió el sensor que, conectado a una computadora central, indica exactamente en qué momento y con cuánta cantidad de agua se debería regar.
¿Estaremos entrando en una nueva revolución agrícola? Tras cada una de las que ha habido a lo largo de la historia, los cambios económicos y sociales han sido decisivos para el progreso de la humanidad.