Entrevista a un bombero voluntario de BUSF

 

Foto: Jesús Velasco
Foto: Jesús Velasco

Se llama Jesús Velasco, es bombero en su vida diaria en Madrid, pero cuando una catástrofe natural planea sobre algún rincón del planeta, lo deja todo y se apunta a salvar vidas con Bomberos Unidos sin Fronteras (BUSF). El testimonio que recogemos aquí es intenso y está lleno de entrega a los demás. Dejo aquí dos frases de la entrevista que como mínimo te harán reflexionar:

«Vivimos sumergidos en la ficción de problemas insignificantes que nosotros mismos magnificamos debido a nuestra tremenda ignorancia sobre la vida». y otra más: «Te das cuenta de que no hace falta que haya una catástrofe natural para que la emergencia exista en esos lugares».

¿Dónde trabajas como bombero normalmente?

Desde hace más de 18 años trabajo en el parque número 5 del Ayuntamiento de Madrid.

¿Y como voluntario?

En BUSF llevo 10 años, actualmente llevo la responsabilidad del área de catástrofes y emergencias, responsable del GIC (Grupo de Intervención en Catástrofes).

¿Cómo decidiste hacerte voluntario de BUSF?

Puede que un primer momento fuera por las ganas de aventura o por ese reconocimiento por parte de amigos, familia, el querer protagonismo, pero te das cuenta en poco tiempo que eso no es lo que importa… Ahora veo todo esto con otra perspectiva, hay que trabajar con humildad, para mi esa cualidad es un pilar básico para el cooperante.

¿Crees que es esta la cualidad que debe tener un voluntario de estas características?

Sí. Sin sencillez terminas cansándote de coger parte de tus vacaciones, de dejar a tu mujer e hijos, de pasar noches en vela , de trabajar sin descanso día tras día, de ver peligrar tu vida en algunos momentos para poner un granito de arena en este mundo con tanta desigualdad social y donde parece que hemos dado la espalda al tercer mundo…

¿Cómo funciona el protocolo de activación de una emergencia?

Desde que se produce la emergencia en cualquier punto del mundo, y recibiendo una solicitud  oficial por parte del país damnificado incluso pudiendo mandar ofrecimiento formal por parte de BUSF, digamos que se activaría la emergencia de la siguiente forma:

– En la sede central de Madrid se constituirá el gabinete de crisis y se convocará a sus miembros para evaluar la posibilidad de intervenir.

– La composición será la siguiente: Presidente, Director Operativo, Responsable Departamento de Proyecto, Responsable Administrativo, Responsable del GIC y Responsable de la Unidad Médica de Apoyo (UMA).

– Desde el momento que se decide intervenir, se convoca a todos los miembros de GIC que deben estar operativos, pues se hacen turnos rotativos para  que sus miembros y sus respectivas unidades estén en fase de disponibilidad absoluta.

– El contingente debe estar embarcado en menos de 8 horas con todos los medios materiales que hiciesen falta para esa catástrofe, pues el tiempo para las víctimas es vital. Una vez que llegamos a la zona del desastre nos ponemos en coordinación con el comité de emergencias del propio país para  los trabajos de salvamento y rescate.

¿Cómo se decide quién va? ¿Sois muchos voluntarios?
  
Dependiendo del tipo de catástrofe y en la parte del mundo que ocurra, se podrían mandar las unidades especializadas tanto de España como de Sudamérica pues contamos con una red iberoamericana de intervención en catástrofes.

¿En qué suele consistir vuestro trabajo una vez que llegáis?
 
Dentro de todo el trabajo de la ONG, el grupo GIC persigue unos objetivos muy concretos, siempre enfocados a las actuaciones en caso de emergencia o de catástrofes naturales. Para conseguir que el trabajo que desarrolla sea eficiente, se han fijado los siguientes objetivos: realizar operaciones de búsqueda y localización de personas con vida sepultadas bajo los escombros o estructuras con ayuda de perros adiestrados para ello.

Así, realizamos operaciones de desescombro y rescate de personas en zonas de difícil acceso que se encuentran en estructuras colapsadas, por corrimientos  de tierra , haciendo uso de las técnicas adecuadas y optimizando la utilización de recursos. Por supuesto, también prestamos los primeros auxilios a las víctimas durante las operaciones de rescate, proporcionamos estabilidad a las edificaciones afectadas mediante  la aplicación de técnicas de apeos y apuntalamientos, realizamos operaciones de soporte logístico, como potabilización de agua y proporcionamos atención médica a nivel prehospitalario. Para todo ello contamos con una estructuración del GIC y funciones de cada una de estas unidades.

¿A qué países has viajado y en qué circunstancias?

En todos estos años han sido muchos los países a los que he viajado, pasando por Centroamérica, América del sur, el norte y centro de África, Asia… Todos ellos golpeados por terremotos, erupciones volcánicas, lluvias torrenciales,  huracanes…

Supongo que la realidad que allí te encuentras a veces es dura, ¿psicológicamente os preparan de alguna manera?

Sobre todo cuando vas a esa primera emergencia pensando que la catástrofe es la causante de todo el sufrimiento de los más vulnerables y desde ese mismo momento te das cuenta de que no hace falta que haya una catástrofe natural para que la emergencia exista.

Sí que recibimos formación psicológica todos los cooperantes, pero aún así se sufre. Yo diría que en todos los países que hemos estado, nos dejamos un trocito de nuestro corazón.

¿Nos puedes contar alguna anécdota que hayas vivido en las diferentes situaciones y lugares donde has viajado?
 
No es todo desesperanza y desilusión. También somos testigos de grandes cosas: gente que te ofrece lo poco que tiene, todas esas sonrisas de niños.. Uno va con la mochila llena de responsabilidades y te la traes llena de agradecimientos.

¿En que país te has sentido especialmente sensibilizado con lo que has visto?

Sin lugar a dudas en el Congo, pero antes de poder contarlo, quisiera poder hacer algo de historia para que tengamos una idea más real de este enorme país.

La Republica Democrática del Congo (RDC) tiene una superficie cuatro veces España, podría alimentar a media África y exportar materia prima a todo el planeta. Sin embargo se muere de hambre mientras las guerras acaecidas le devoran el esqueleto con una saña que ha dejado, desde 1998, tres millones de muertos y cientos de miles de desplazados que no pueden volver a sus casas.

Más de la mitad de la población pasa hambre y vive al límite del hambre. Su capacidad de adaptación se ha agotado tras años de conflicto, y sida; la malaria y la mortalidad infantil se ceban en los más débiles. UNICEF afirma que en RDC hay más de 12.000 soldados menores de  ocho años y sólo en Kinshasa, 20.000 niños viven sin techo debido a la pobreza, la ruptura familiar, la muerte de los padres a causa del sida. Para comer mendigan o roban lo que pueden y muchos de ellos son sometidos a detenciones arbitrarias y abusos policiales, otros simplemente son asesinados.

Con esta información, creo que nos habíamos hecho una idea de la realidad que nos íbamos a encontrar una vez llegados. La misión de BUSF era acudir en ayuda de los damnificados desplazados por el huracán que había golpeado la localidad de Yumbi, en la provincia de Bandundu. Para ello, fuimos desplazados a la zona dos médicos cirujanos y dos bomberos especialistas, junto a dos hospitales de campaña.

Aproximadamente fueron más de 2.000 personas las que recibieron atención y medicación gratuita en los 30 días que estuvimos en el Congo. Se realizaron intervenciones quirúrgicas menores. Fue diario el diagnóstico y tratamiento de parasitosis, enfermedades infecto-contagiosas (incluyendo sábados y domingos) acudían a nuestros hospitales de campaña.

Creo estar en condiciones de poder afirmar que en un solo día de atención, un profesional de la salud puede llegar a ver mayor cantidad de pacientes con heridas supuradas, enfermedades venéreas, SIDA, malaria, tuberculosis, parasitosis y desnutrición crónica que en toda su vida profesional en muchos países del mundo. No describo sus lesiones de forma minuciosa, como tampoco su sufrimiento físico y moral por el profundo respeto que me inspira su condición.

Todavía después de algunos años no puedo dejar de pensar en esas mujeres que con 7 u 8 hijos no dudan en acoger a un niño, huerfano de padre y madre cuando apenas pueden dar de comer a los suyos. Y muchos ejemplos más…

Todavía siento dolor como el que sentía, me duele la conciencia por no poder hacer nada más.

¿Qué se aprende de las personas que sufren algo tan traumático?

Bueno creo que en todas las catástrofes que he estado no hay ninguna que no me hayan enseñado lecciones de humanidad, pero si me tengo que quedar con algo de estas experiencias, es que todos nosotros, los que tenemos la suerte de vivir en occidente, los que tenemos cubiertas las mínimas necesidades para vivir dignamente, todos nosotros vivimos sumergidos en la ficción de problemas insignificantes que nosotros mismos magnificamos debido a nuestra tremenda ignorancia sobre la vida.

¿Qué reflexiones se hace uno tras vivir y ver lo que le ocurre a esas personas?

Creo que las cosas serias, las cosas grandes, son sencillas. Buscamos la felicidad en lo material,  luego llega la decepción. Creo de verdad que ayudar te enriquece, te hace ser grande.

 ¿Quieres añadir algo mas?

Animar a los que lean esta entrevista. Que ayudar se puede desde cualquier profesión. Todos podemos sentirnos útiles en el mundo de la solidaridad. ¡Querer es poder!