Jonathan Ziltrain, sociólogo estadounidense y profesor de derecho en Harvard, afirma que Internet se compone de millones de actos desinteresados movidos por la bondad, la curiosidad y la confianza. «Internet no es sólo un montón de información; no es un sustantivo, sino un verbo. Cuando navegas descubres que esta información te está diciendo algo: Vamos a seguir».
¿Crees que el autostop ha muerto? Pues no exactamente. Existe un servicio en Internet para organizarlo. En Estados Unidos funciona a todo rendimiento, e incluso sus ramificaciones llegan a nuestro país. Echa un vistazo a Craigslist y verás cómo hay anuncios tanto solicitando como ofreciendo coche para compartir. Y no sólo coche… de todo.
Una vez que se superan las malas experiencias pasadas, la bondad humana y el deseo de compartir encuentran la forma de salir al encuentro de los demás. Esta vez aprovechando las nuevas tecnologías, con la posibilidad de conocer previamente algo de información.
La más innovadora versión del autostop que está extendiéndose por todo el mundo gracias a Internet es el Couch Surfing; algo así como «Sofá navegante».
Se trata de una red internacional no lucrativa que conecta a los viajeros en más de 230 países y territorios de todo el mundo. Comenzó su andadura en 2004, y sus miembros pueden disfrutar de su sistema de intercambio de «sofás» para viajar… intercambio cultural, amistad y experiencias de aprendizaje. En la actualidad más de un millón de personas que no tienen medios económicos para viajar «en plan hotel» viaja a múltiples destinos gracias a la hospitalidad y la comprensión cultural.
Es como una red social, en la que al inscribirte das a conocer qué posibilidades tienes de acoger gente en tu casa (camas, sofas, épocas…) así como lo que te interesa (compartir día a día, sólo dejar dormir…), aficiones, etc. A partir de ahí, puedes acceder a miles de lugares en todo el mundo donde puede que haya alguien dispuesto a recibirte y alojarte gratis…
El éxito que está teniendo era impensable hace 5 años. Pero el hecho es que lo está teniendo. Y no, no se conocen víctimas mortales. No todo el mundo es un asesino o un aprovechado de la vida… Hay mucha gente dispuesta a conocer y compartir con el mismo respeto y hospitalidad que les gustaría recibir si estuvieran por ahí.
Y todo esto gracias a Internet… ¿quién lo iba a decir?