6.000 kilómetros por la inclusión

Foto: Blog del Inclusion Tour 2010
Foto: Blog del Inclusion Tour 2010

Lars Löfström es un profesor de Educación Física sueco con discapacidad que ha conseguido medallas en los Juegos Paralímpicos, campeonatos del mundo y récords mundiales en distintos deportes. Recorrer en silla de ruedas la distancia entre Casablanca y Estocolmo en seis meses es el reto en el que ahora está inmerso. Una travesía que bajo el nombre de ‘Inclusion Tour 2010’ realiza junto a su amigo Mats Melin, quien le acompaña en bicicleta. Con este viaje, además de comprobar las diferencias de accesibilidad entre los diferentes países, comparten experiencias con otras personas con discapacidad. Te dejamos con ellos…

¿Qué razones les han llevado a emprender esta travesía cercana a los 6.000 kilómetros?
Queremos ver en qué situación se encuentra la integración social de las personas con discapacidad en la sociedad y observar la accesibilidad en Europa. Cuando hablamos de inclusión y accesibilidad no sólo nos referimos a la física sino también a la mental y la social. También es importante desde el punto de vista personal por la amistad que nos une.

¿No es una locura?
Algunas veces lo pensamos, sobre todo cuando nos vamos a dormir (ríen). Nos decimos, ¿qué estamos haciendo?… Hablando en serio, es una locura que merece mucho la pena. Nos permite conocer mucha gente interesante y compartir buenas experiencias.

¿Cómo surgió la idea?
Estábamos de vacaciones en Marrakech en el año 2001 y se nos ocurrió la idea de que un viaje hasta nuestra casa en Suecia sería posible. Ahora, nueve años después hemos decidido realizarla.

¿Qué creen que les puede aportar a nivel humano y personal este viaje?
Es una buena oportunidad de reforzar nuestra amistad, conocer gente en Europa y darnos cuenta de que no existen muchas diferencias entre las personas con discapacidad de los distintos países. Todos tenemos que luchar por la inclusión del colectivo.

Lo bueno de conocer gente con discapacidad en las diferentes asociaciones es que nos permite saber cómo la enfocan desde distintas partes del mundo. Además, desde el punto de vista cultural, conocemos diferentes estilos de vida, monumentos históricos e incluso la comida típica de cada país.

¿Qué les dice la gente con la que se están encontrando?
Mucha gente nos anima, nos aplaude y nos da fuerzas para seguir con nuestro viaje. Otros piensan que estamos locos. Lo más importante es que la mayoría de las respuestas son positivas. El hecho de que nos apoyen nos da fuerzas para seguir en los momentos duros. Cuando hablamos con las asociaciones de la discapacidad de los distintos países encontramos una respuesta muy buena.

En cuanto a las personas con discapacidad, en la mayoría de las ocasiones encontramos a gente muy dispuesta a escucharnos y a aportar una visión positiva. Sin embargo, también existen personas que nos rechazan, que no quieren vernos…. Nosotros les respetamos estos casos, porque quizá no se encuentren en un buen momento.

¿Cómo se conocieron?
Nos conocimos en la universidad hace 33 años. Fuimos compañeros de clase en la carrera de Educación Física y ahora ambos somos profesores.

¿En qué otras iniciativas deportivas han participado?
Lars:
He participado en ocho Juegos Paralímpicos, en los que he ganado cinco medallas de oro. He sido once veces campeón del mundo, tengo seis récords mundiales, en deportes como el atletismo en silla de ruedas en diferentes distancias, la vela, baloncesto en silla…

La práctica deportiva puede ser una excelente vía de integración social para personas con discapacidad,  ¿cómo se les puede animar a hacer deporte?
Es cierto, puede ayudar mucho a la inclusión social. Existen muchas maneras de iniciarse en el deporte. Apuntarse a clubs deportivos, ir a gimnasios, nadar, hacer pesas…

¿Qué esperan  encontrarse en lo que queda de travesía?
Esperamos conocer a más gente, comprobar distintas maneras de hacer accesibles los sitios. También estamos muy interesados en cómo fomentan la inclusión desde las distintas asociaciones de la discapacidad. Todas las ideas que nos vayamos encontrando en este sentido son muy enriquecedoras. Por otra parte, cuando seguimos nuestra travesía nos encontramos desde conductores que respetan mucho la distancia a otros que no lo hacen y eso puede resultar peligroso.

¿Sería interesante incorporar una asignatura sobre accesibilidad en las escuelas y facultades de Arquitectura?
Ya hay casos de arquitectos de diferentes ciudades europeas que están recorriendo varios países para observar entornos accesibles.

En los momentos de desánimo, ¿de qué forma tratan de motivarse?
Pensamos en números (ríen). No somos ese tipo de personas. Si nos desanimamos, hacemos lo posible por encontrarnos mejor.

¿Por qué una persona con discapacidad no debe acobardarse ante las adversidades?
Deben hablar con otras personas, no encerrarse en sí mismos. Hay psicólogos e incluso amigos. Es importante mostrar un carácter abierto y contar lo que nos pasa. También es cierto que Roma no se construyó en un día y que, poco a poco, cada persona puede superar aquellas barreras mentales y físicas con las que se va encontrando.

En lo que llevan de travesía, ¿están encontrando muchas barreras arquitectónicas?
Escalones, entradas no adaptadas para silla de ruedas, puertas muy pesadas… Cada lugar tiene las suyas. Algunos hoteles y ciudades tienen problemas de accesibilidad que tenemos que hacer frente. Existen muchas diferencias entre unas ciudades y otras. Por ejemplo, Marruecos es bastante menos accesible que España, aunque éste último también debe mejorar mucho.  Madrid, por ejemplo, debe tener en cuenta ejemplos de ciudades mucho más accesibles como Sevilla o Barcelona, en las que hay menos barreras arquitectónicas. En la capital éstas son más patentes.

Desde el punto de vista personal, nos estamos encontrando con que las personas son muy accesibles porque tienen una mentalidad muy abierta. No obstante, es necesario que se escuchen las voces de las personas con discapacidad.

Respecto a las barreras mentales que aún tiene mucha gente, ¿cómo se pueden derribar?
Hay que estar orgulloso de uno mismo. Somos personas normales y tenemos derecho a vivir en igualdad de condiciones con el resto. La sociedad y los políticos deben darse cuenta de  la existencia de personas con discapacidad. Nosotros vamos a intentar hablar con políticos de diferentes países, pero eso debe ser un trabajo de todos, de cada persona, de cada asociación…

No hay que buscar las respuestas fuera, pues están en uno mismo. Mucha gente se bloquea y no saben tratar con personas con discapacidad. En estos casos el mejor arma es el sentido del humor que nos ayuda a desdramatizar. Pasárselo bien es básico.

¿Cuál es el próximo reto?
Lars:
Dentro de siete años, cuando mi hijo cumpla veinte, le he prometido que iremos juntos a la Antártida.