Ana Duato, embajadora solidaria en Haití

Foto: Ángel López Soto/Unicef
Foto: Ángel López Soto/Unicef

No sé si sabes que Ana Duato, la famosa actriz que trabaja en series como ‘Cuéntame’,  también es embajadora de Unicef y suele dedicar parte de su tiempo a actividades de ayuda humanitaria. Ahora, acaba de volver de Haití, en donde ha conocido sobre el terrreno el trabajo de Unicef, el Gobierno haitiano y otras ONG, tras el fuerte terremoto que asoló el país caribeño el pasado mes de enero. He tenido la oportunidad de conocer sus vivencia en el marco de una rueda de prensa celebrada en Madrid, en la que la actriz contó cosas muy interesantes que quiero compartir con vosotros.

Durante el viaje, Ana ha conocido la situación de los damnificados en las ciudades de Puerto Príncipe, Jacmel y Leógane, lugares en los que ha visitado escuelas y campos de desplazados. Una de las experiencias más bonitas con los niños haitianos, de los que destaca su «fuerza y coraje» para salir adelante, la ha vivido en los llamados ‘Lugares Amigos de la Infancia’ de Unicef. Ella misma nos lo explica:

“Es un lugar maravilloso en el que los niños se reúnen, juegan y pueden sentir como si su vida no hubiera cambiado. Es como si estuvieran en una cápsula del tiempo en la que pueden jugar, cantar y olvidarse un poco de las preocupaciones”.

Asimismo, la actriz nos pide (a Gobiernos y a los ciudadanos) que no dejemos a Haití en el olvido y que se aproveche la oportunidad que brinda la reconstrucción para contruir un país «mejor, más fuerte y más sano»:

“Una vez estás en Haití, lo que aquí son estadísticas, allí son niños con su sonrisa y con su historia. Y en la vida hay que pensar en positivo ya que el terremoto puede servir para que entre todos podamos construir un país mejor para ellos».

Otra de las experiencias que Duato nos narra tuvo lugar en uno de los colegios de Léogan:

“Fui a uno de ellos, al principio no me entendían porque yo no hablo francés y no sabía cómo comunicarme con ellos. Entonces empecé a nombrar en español las distintas partes del cuerpo, mientras las señalaba. Al poco tiempo, todos empezaron a imitarme, a reírse y a jugar. Fue un momento muy divertido”.

Anécdotas como ésta muestran, además de la gran calidad humana de Ana Duato, que los niños siempre están dispuestos a ofrecer una sonrisa, incluso cuando las condiciones son adversas. ¡No les dejemos en el olvido!