La alarma se levantó tras comprobar que en Guam, una pequeña, remota e idílica isla situada en el océano Pacífico, se multiplicaban los casos de un síndrome que conllevaba Parkinson, demencia y Esclerosis Lateral Amiotrófica.
Una enfermedad devastadora y cuyo origen y proliferación no entendían ni médicos ni científicos. Hasta que comenzaron a investigar qué ingerían en aquella isla que pudiera estar relacionado con ello… Y así se dieron cuenta de que algunos pescados en contacto con un tipo de algas, contenían una neurotoxina muy peligrosa y que podía estar siendo la causa.
Desde entonces, la comunidad científica está trabajando en entender el proceso cerebral que provoca esta neurotoxina. Por lo pronto, los investigadores del Instituto Karolinska de Suecia, la Universidad de Estocolmo y la Charles University en Praga, han descubierto que las algas del Mar Báltico también pueden fabricar esa misma sustancia, y estudiando muestras de pescado, la han descubierto en peces y moluscos como los arenques el rodaballo, mejillones y ostras. Parece que la sustancia nociva se concentra casi toda en el cerebro del pescado, aunque también en otras partes de su cuerpo.
Por fortuna para los suecos, no parece haberse encontrado en el salmón, y lo digo por la enorme afición del país por este tipo de pescado…
Aunque todavía se desconoce el verdadero alcance de este descubrimiento, la comunidad científica piensa que esta toxina se podría encontrar fácilmente en otros ecosistemas marinos. En el trabajo, publicado en la revista ‘Proceedings‘, los científicos aseguran que no sería extraño encontrar esta neurotoxina en cerebros de enfermos de Alzheimer y ELA en Estados Unidos y Canadá.
Pero bueno, por el momento parece que las cantidades encontradas son muy pequeñas, y recordamos además que una enfermedad neurodegenerativa como el Parkinson o el Alzheimer tiene muchas y diversas causas asociadas, y en ningún caso parece probable que esta pudiera provocar ella sola la enfermedad.