Como sabemos, la enfermedad de Parkinson se caracteriza por la aparición de temblor en los brazos y piernas, la rigidez de los músculos, la inestabilidad postural y la lentitud de movimientos. Síntomas a los que en muchos casos les siguen estadios depresivos.
Nada más y nada menos que el 40% de los pacientes con Parkinson sufre fases sostenidas de depresión, según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN). Un porcentaje que hace de este trastorno mental algo común en unos pacientes para los que, sin embargo, los antidepresivos comunes tienen una eficacia limitada.
Hace unos días, hablábamos acerca de los beneficios de los alimentos ricos en magnesio para la movilidad. Un descubrimiento al que se suma, ahora, el aportado por un estudio iniciado por la Universidad de Nápoles en 2006, en el que se acaba de descubrir una sustancia, el pramipexol, capaz de curar la depresión en los enfermos de Parkinson.
Según publica la revista científica ‘The Lancet‘, del total de 296 pacientes que se sometieron a este estudio, el 80% notaron efectos positivos. Un buen resultado para los investigadores, que animan al uso de esta sustancia en el tratamiento de la depresión en los enfermos de Parkinson.
Sin embargo, el estudio también muestra algunas sombras, como son los efectos secundarios. Así, las náuseas, los mareos, los dolores de cabeza o la somnolencia, se dieron en el 73% de los pacientes que participaron en el ensayo clínico.